Mutilaciones, daños psicológicos y hasta la muerte. Esas son de las graves consecuencias que sufren los niños a causa de la manipulación de fuegos artificiales y demás artefactos explosivos que se emplean para la quema de monigotes.

Las cifras que revela la unidad de quemados del Hospital de niños Roberto Gilbert, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, son preocupantes pues el 83% de las lesiones pasan en manos y dedos, el 28%, en los ojos y el 15% en la cabeza y cara, según un comunicado.

De acuerdo a los datos estadísticos el número de casos se mantiene. En el 2015 se dio la atención a 18 pacientes (9 hospitalizados y 9 ambulatorios); en el 2016, 20 pacientes; 2017, 16 pacientes; 2018, 18 pacientes; y, en lo que va de este 2019 hay registrados 7 casos (4 hospitalizados y tres ambulatorios).

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Ana Soria, jefa de esta unidad, dice que se puede prevenir este tipo de accidentes evitando que los niños manipulen cualquier tipo de pirotecnia que ha provocado incluso lesiones en los genitales y otros órganos por guardarlos en los bolsillos o por el impacto de cohetes, camaretas, tumba casa, petardos y otros.

Por ello es necesario que los padres de familia tomen las debidas precauciones ya que el calor y altas temperaturas pueden provocar una explosión. Aquí algunas de sus recomendaciones que deben tomar en cuenta.

  • En caso de algún tipo de lesión en el niño lo primero que debe hacer es brindarle los primeros auxilios
  • Si las llamas están en su ropa debe retirarla con cuidado y echar agua a temperatura ambiente durante unos 5 a 20 minutos. El agua enfriará el calor y evitará que el daño del tejido sea en mayor proporción y profundidad
  • No se debe aplicar ninguna sustancia porque se puede contaminar la herida
  • Acuda de inmediato a la casa de salud más cercana para recibir tratamiento especializado
  • El número de emergencias es el 911. (I)