Apenas tenía 33 años. María Eva Duarte de Perón fue una joven dirigente política. Su muerte provocó una intensa conmoción en su país natal Argentina y en todo el mundo. Su paso por esta vida se cumplió el 26 de julio de 1952. Su fatídico estado de salud empezó a evidenciarse en 1950, cuando ingresó al hospital por una apendicitis. Fue cuando los médicos detectaron los primeros síntomas de la mortal enfermedad que la aquejaba, según relataron los doctores.

“Pongo junto al alma de mi pueblo mi propia alma” fue una de sus famosas frases de esta abanderada de los humildes. Fue una especie de ídolo de la clase trabajadora, pero también fue muy criticada y rechazada por las clases más acomodadas de la sociedad argentina. Precursora de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres fue primera dama entre 1946 y 1952.

Es mi fin en este mundo y en mi patria, pero no en la memoria de los míos. Ellos siempre me tendrán presente, por la simple razón de que siempre habrá injusticias y regresarán a mi recuerdo, todos los tristes desamparados de esta querida tierra".

Nació el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, provincia de Buenos Aires. De orígenes humildes, se marchó a Buenos Aires cuando tenía 15 años. Fue el teatro, el radioteatro y el cine los que la catapultaron, los que amalgamaron su imagen. En 1943 fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), fue su presidenta en 1944, cuando también conoció –a los 24 años y él, 48– al militar y político Juan Domingo Perón. Ya casada con Perón, participó activamente en la campaña electoral de su marido en 1946, siendo la primera mujer argentina en hacerlo. Ella fue quien impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino, la igualdad política entre los hombres y las mujeres, y también la igualdad jurídica entre cónyuges y la patria potestad compartida.

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Eva Perón en una escena de la película La pródiga (1945).

Fue fundadora del Partido Peronista Femenino, que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los grupos más carenciados. La Fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños mediante campeonatos que abarcaron a toda la población, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas.

Mausoleo de la familia Perón ubicado en el Cementerio de la Recoleta.

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Su muerte también permitió la creación del culto “Santa Evita”, la denominación “Abanderada de los humildes” o el título de “Jefa espiritual de la Nación”. Recibió honores oficiales siendo velada en el Congreso de la Nación y en la Central General del Trabajo (CGT), con un reconocimiento multitudinario. Su cuerpo fue embalsamado y ubicado en la CGT. La dictadura cívico-militar Revolución Libertadora secuestró su cadáver en 1955, ocultándolo por más de quince años.

Escribió dos libros, La razón de mi vida (1951) y Mi mensaje (1952). Una de sus frases célebres recoge el amor que sentía por las clases menos favorecidas: “Aparento vivir en un sopor permanente para que supongan que ignoro el final… Es mi fin en este mundo y en mi patria, pero no en la memoria de los míos. Ellos siempre me tendrán presente, por la simple razón de que siempre habrá injusticias y regresarán a mi recuerdo todos los tristes desamparados de esta querida tierra”.

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Sus restos descansan en el antiguo y turístico Cementerio de la Recoleta de Buenos Aires.