Modificar preguntas para optimizar el tiempo, equipar a su personal bajo las normas de bioseguridad y enfrentar el descontento y el temor de la ciudadanía han sido los desafíos a los que han tenido que hacer frente las empresas encuestadoras del país, que luego de estar completamente imposibilitadas de trabajar durante el punto más crítico de la cuarentena que vivió el país están retomando actividades.

“Hemos tratado de adaptarnos a la situación, recuperarnos después de estos momentos terribles que vivimos”, dice a este Diario Paulina Recalde, fundadora de la encuestadora Perfiles de Opinión, empresa que desde 2005 participa en la investigación de opinión pública y electoral.

Recalde indica que una vez que comenzaron a trabajar con el cambio de semaforización, no todo su personal tuvo la misma predisposición para trabajar en campo debido a sus condiciones personales, “hay trabajadores que viven con adultos mayores”, comenta.

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Para Recalde, la principal misión al momento de aplicar los cuestionarios, que se realizan mediante tabletas y aplicaciones móviles y ya no sobre papel, es tratar que quien está del otro lado se sienta seguro. “Tratamos de ponernos en el lugar de ambos, se vivieron momentos muy duros, hay que proteger la vida sobre la información”, apunta.

Sin embargo, en estos momentos mucha gente ha optado por no participar de los estudios de opinión que se realizan en distintas partes del país y para Blasco Peñaherrera, director de la encuestadora Market, es algo muy comprensible, “el proceso se demora más y la gente no quiere responder”, comenta.

“En la población se ha podido percibir que se no se encuentran con buen ánimo de responder, hay muchísimo descontento y rechazo, no contra nosotros sino contra los temas de coyuntura del país que se tratan en los estudios”, dice Peñaherrera.

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El directivo cuenta que en la data de resultados que ha podido ver de los recientes estudios de opinión, se refleja que la condición económica que cambió para muchas familias por la crisis que acarreó la pandemia está cambiando momentáneamente la manera de responder de la gente y que esto representa un sesgo en la información obtenida y que temen que los resultados no sean representativos como en años anteriores.

Peñaherrera comenta también que un alto porcentaje de las muestras donde aplican las encuestas son tomadas en lugares de alta concentración de personas de estratos vulnerables y que al ser más complejo el acceso han tenido que tomar todas las medidas de bioseguridad para poder desarrollar su trabajo.

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“Hemos dado al personal protección con mascarillas, trajes de bioseguridad antifluidos descartables y alcohol... todas las medidas de bioseguridad para que no se contagien”, dice el consultor y agrega además que han tenido que reformular todos los cuestionarios de una manera consciente y hacerlos no extensos e interesantes para lograr captar la atención de los encuestados.

Estas medidas de protección también fueron implementadas por Francis Romero, director de Click Report, quien cuenta que desde el primer momento de la reactivación de su empresa, luego del cambio de semáforo de rojo a amarillo, implementó en su personal el uso de mascarilla, alcohol, distanciamiento y hasta en su momento guantes.

“Nos acercábamos, timbrábamos, salía la persona y manteníamos distancia”, dice Romero y agrega que pese a la situación, su empresa a diferencia de otras del mismo sector no ha tenido problemas en cuanto a la acogida de las personas para participar en los estudios.

“Pensamos que iba a ser complicado realizar las encuestas, pero hemos tenido muy buena acogida, golpeábamos la casa y por poco quería hablar toda la familia, pero solo podemos hacer una por casa. Tuvimos una gran aceptación por parte de la gente a la que hemos encuestado”, dice y que lo principal en lo que ha estado trabajando su empresa es en mejorar la actitud de su gente para generar confianza en los encuestados.

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Click Report retomó sus actividades desde junio con estudios de opinión en la ciudad de Quito. CORTESÍA.

Romero destaca que gracias a la pandemia y a diferencia de los años anteriores no fue necesario esperar al fin de semana para que la gente esté en sus hogares y que esta vez pudieron trabajar entre semana y descansar los domingos que era el día en que había más controles.

Los tres representantes de las empresas encuestadoras comentan que con la nueva modalidad de trabajo que adaptaron los costos de inversión se han elevado, pero mencionan que han optado por no elevar los precios de sus servicios y han realizado ajustes en comprensión a la situación.

No obstante, Recalde menciona que las encuestas telefónicas y online han sido y están siendo las mejor recibidas en comparación con años anteriores en los que eran las menos aceptadas. “La cuarentena ha cortado el espacio de diálogo y sociabilidad, la gente ahora está dispuesta a responder más tiempo este tipo de encuestas”, comenta.

La consultora destaca que los estudios de opinión son importantes puesto que a través de estos no solo se puede medir una intención de voto en el caso de una campaña, sino también el estado de ánimo de la sociedad, percibir los principales problemas, cómo está la imagen de alguien o de algo y así determinar probabilidades.

Para Peñaherrera sería óptimo poder realizar todas las encuestas por vía telefónica o por correo, pero comenta que “lamentablemente para lograr un nivel de acierto o que los márgenes de error estén en el rango correcto, se tienen que hacer encuestas en hogares” debido a que la base fija telefónica nunca fue sectorizada ni segmentada como en otros países y esto hace que no puedan obtener resultados que tengan la misma probabilidad que los de estudios tradicionales.

Romero coincide y dice que su empresa ha declinado el utilizar esta vía para realizar los estudios de opinión.

“La metodología que nosotros utilizamos son encuestas cara a cara en los hogares, no hacemos encuestas telefónicas, las encuestas telefónicas no llegan al total de la población. Lamentablemente en Ecuador solo el 50 % de la población tiene acceso a teléfonos fijos, y si lo hacemos así, el otro 50 % no sería tomado en cuenta”, refiere y dice que en el caso de las encuestas online es mínimo el porcentaje de las personas que tienen computadora y que así no se tomaría en cuenta el total de la población nacional. (I)