El modus operandi en algunos conflictos de tierras, entre 2016 y 2017, según algunos denunciantes, era el siguiente: “Los invasores acuden a una notaría y se declaran como posesionarios de un terreno, dicen que han estado ahí 15 años, 8 años, sembrando arroz, criando animales. Luego acuden a la Dirección Distrital de Tierras, inician un trámite de presentación de títulos y piden que les adjudiquen el predio”. Así relatan que les pasó a Pablo Gaibor, Xavier Aguirre y Leopoldo Pereira con tierras que ellos consideran suyas en Naranjal y Balao (Guayas).