Su padre era agricultor y su madre, ama de casa. Desde los 7 años, el mayor de cuatro hermanos, ayudaba a cosechar babaco y tomate de árbol en la finca familiar en Nabón, Azuay. Ya a los 13, antes del amanecer, manejaba un camión para trasladar los productos a los mercados.

Paúl Carrasco Carpio recuerda esa parte de su infancia. “Eso nos hizo independientes”, expresa este nabonense que se graduó de bachiller en el plantel fiscal Benigno Malo, y de tecnólogo agro-zootecnista e ingeniero agrónomo, en la Universidad del Azuay.

A los 20 tuvo su primer empleo como consultor de la Oficina de Investigaciones Sociales y del Desarrollo (OFIS) para Plan Internacional y luego para otras entidades. Lideró un programa que, explica, fortalecía organizaciones comunitarias y productivas en Bolívar y Chimborazo. Ahí conoció a su esposa, Ma. Augusta Serrano, con quien procreó a sus tres hijos.

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Por catorce años, del 2004 al 2018, fue prefecto de Azuay. Meses antes de terminar su tercera gestión renunció para buscar la Alcaldía de Cuenca. Quedó cuarto en los comicios del 2019: “Cuenca buscaba algo nuevo, es bueno perder también”. Ahora, a bordo de su motoneta, recorre el país para difundir el plan de gobierno que ejecutará si gana la Presidencia. Participa con su movimiento Juntos Podemos.

Antes estuvo afiliado a Izquierda Democrática (ID), con la que fue consejero provincial y prefecto. “Nos amanecíamos, hacíamos ollas de almidón para pegar la publicidad en los postes”, narra Rosa Matute, promotora de ID y su amiga.

Tras salir de ID, en el 2007 fundó el Movimiento Encuentro Democrático, que luego se llamó Participa. En 2014 formó Juntos Podemos; además ha hecho alianzas electorales con el MDP, CREO, PAIS y otros.

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Desde hace dos años se dedica a dar consultorías con la OFIS, firma de la que ha llegado a ser director y presidente.

Carrasco, quien tiene una maestría en Administración de Políticas Públicas, pero no hizo la tesis “por descuido”, asegura que le ha sido difícil encontrar trabajo en entidades públicas: “me han cerrado las puertas”. Solo ha asesorado a dos municipios, sostiene.

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También se dedicó a su movimiento y ahora dirige su campaña desde un departamento en el barrio popular Lucha de los Pobres, al sur de Quito. En esta ciudad trabaja de uno a dos meses seguidos. “Los fines de semana son claves para escuchar a la gente”, asegura y agrega que después se toma hasta cuatro días libres para estar con su familia en Cuenca. En esos días mira películas y hasta crea platillos, como la cazuela de borrego.

Es “visionario”, dice René Lucero, director del Consejo de Gobiernos Parroquiales del Ecuador, sobre Carrasco, cuyo carácter fuerte es conocido por sus allegados: “si no se hacían las cosas, era enérgico”.

El articulista e investigador cuencano, Ricardo Tello, cree que en la Prefectura de Carrasco “se descuidaron unas cosas y se potenciaron otras”, y que su gestión le fue más útil a él que a la provincia.

“Hemos documentado la cantidad de viajes que hizo al exterior.., Carrasco le dio 7,6 veces la vuelta al mundo sumando en kilómetros todos los destinos que visitó”, afirma Tello y menciona, por ejemplo, talleres dados en Alemania y Rusia o viajes a tres países para promover la cumbre Hambre Cero, a la que se destinó $ 2,6 millones y que, según Tello, “no representaba beneficio práctico para la provincia”.

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La gestión del exprefecto estuvo marcada por la confrontación con el correísmo, lo que le cuestiona Carlos Orellana, exconcejal gobiernista de Cuenca. “Se debía tener una Prefectura que cree más acuerdos”, opina Orellana y destaca el plan vial con el que Carrasco mejoró los caminos rurales.

Este plan incluía tasas y tributos criticados por una parte de azuayos, pero defendidas por Carrasco: “Se priorizaban las vías y proporcionalmente se distribuía la plata”. Algunas tasas se eliminaron en la Prefectura de Yaku Pérez.

De lo recaudado con la tasa solidaria se destinaron $ 77.000 para una caminata por la defensa del agua, “actividad que no tiene relación con las competencias de la Prefectura”, según un informe de Contraloría en 2015, que llegó a la función judicial y se archivó.

La Contraloría también detectó, entre 2014 y 2019, algunos pagos injustificados, entre ellos $ 112.000 para alquilar avionetas en las que se movilizaron, además del prefecto, “7 personas naturales”. La Prefectura contestó que no había vuelos comerciales.

Carrasco fue procesado por peculado, luego de que la Prefectura firmara con una cooperativa agrícola un convenio para dar mantenimiento vial en un área que incluía un predio vinculado al exdirector de comunicación de Carrasco. Los acusados, entre ellos Carrasco, admitieron la falta, recibieron educación ambiental y debieron invertir $ 4.850 en obras comunitarias en el sector.

“La fiscal me dijo: ‘no lo vamos a mandar preso por $800’, que no hubo delito, además, porque era en el marco de una cooperativa agrícola”, refiere Carrasco, y recalca: “A todo mundo se le ocurre, cuando uno es político, poner juicios y pensar que todos somos ladrones. No es así”.

Carrasco, en su gestión, creó empresas públicas como Agrozuay, con la que zonificó la provincia según su producción agrícola y capacitó a 35.000 agricultores y ganaderos.

La Prefectura entregó leche gratis a embarazadas y niños de hasta 6 años, en los cantones Paute y Gualaceo, programa reconocido por la FAO, agencia de las Naciones Unidas contra el hambre.

La agricultura es uno de los pilares del plan de Carrasco: “Tenemos que vivir de la producción de cada territorio”. Considera que se necesita una reforma política y administrativa para que las provincias se autosostengan; y propone eliminar aranceles para comprar insumos agrícolas y dar créditos con interés al 2%.

El movimiento del hoy candidato da citas médicas gratuitas, a través de una cuenta de Facebook llamada ‘Juntos, hospital atención en tiempo real contra el coronavirus’.

Antes de ser político fue socio (1998-2001) y administrador de la firma Arándano, de sus hermanos, que da servicios de alimentos y que reportó ingresos por $ 881.836, en 2019.

En Cuenca vive su familia, en una casa de $ 400.000, adquirida con crédito del Biess, y al que debe unos meses. “Lo que he hecho ha sido con mi sueldo. Vivo de nuestros ahorros, vendimos un departamento y mi carro”, dice. (I)

Sobre el candidato

Nombre: Paúl Carrasco Carpio.
Edad: 49 años.
Casado con: María Augusta Serrano.
Hijos: tres, Camilo, Joel y Lorenzo.
Profesión: ingeniero agropecuario
Cargos: prefecto de Azuay, del 2004 al 2018; consejero provincial en 2002; miembro del 'Global Taskforce' de gobiernos regionales ante la ONU (2013-2014); secretario general de la Organización Latinoamericana de Gobiernos Intermedios (Olagi) (2011- 2013); presidente y vicepresidente del Foro de Global de Asociaciones de Regiones Oru-Fogar (2012-2018). Además ha escrito cinco libros.
Impuesto a la renta: $ 2.010 el 2019; $ 4.537 en 2018; y $ 4.647, en 2017.
Patrimonio: $ 172.166.

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