Este martes la aerolínea Avianca indicó que un Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos, confirmó el plan de reorganización presentado por la compañía para poder estabilizarse financieramente.

Una de las industrias más golpeadas por la pandemia de coronavirus es la aviación, que busca la manera de volver a reactivarse con porcentajes disminuidos de ocupación.

Transformarse o desaparecer. Esa es la consigna que planea en las aerolíneas latinoamericanas, obligadas por la pandemia a un proceso de cambio que incluye reducción de rutas, firma de alianzas, recuperación de liquidez y búsqueda incansable de la fidelidad de sus clientes.

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Entre las aerolíneas en problemas están varias latinoamericanas como Avianca -una de las más grandes de la región-, que se vio forzada a solicitar ayuda a través del Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos. Pero ¿por qué lo hacen en este país? El fin es protegerse mientras arman un plan para superar esta crisis. Ambas lo hicieron antes de mediados del año pasado, en lo peor de la pandemia de coronavirus.

Ahora “con la salida de Avianca del Capítulo 11, la Compañía contará con un balance sólido, con significativamente menos deuda y más de USD1.000 millones de liquidez. La reestructuración le permitirá continuar reposicionando y simplificando su negocio, restableciendo a Avianca como la primera opción para sus clientes con precios más competitivos, nuevos y modernos asientos, una red de rutas de destinos nacionales e internacionales en aumento, el refinanciamiento más eficiente de sus aeronaves y la obtención del financiamiento de sus obligaciones a largo plazo. Bajo esta visión, la aerolínea mantendrá sus atributos diferenciadores y competitivos, que incluyen una de las redes más robustas de América Latina (y la más grande de Colombia), uno de los mejores programas de lealtad, sus VIP lounges, servicios exclusivos para sus clientes y una de las mejores redes de carga aérea de la región”, indicó la compañía en un comunicado.

El Capítulo 11 ofrece alivio financiero y reorganización de las deudas sin que se liquide la empresa o se paralice sus operaciones. Razón por la que en el pasado muchas grandes compañías de distintas áreas -desde bancos hasta automotrices- han hecho lo mismo para salvarse de cerrar y de ser liquidada por su acreedores. Cuando se acepta la solicitud de una empresa, sus operaciones económicas y reorganización son supervisadas por un tribunal de Estados Unidos. Gigantes de la aviación como American Airlines, Delta y United también se acogieron antes a este proceso.

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Esta opción la pueden solicitar las empresas que operan y estén domiciliadas en Estados Unidos y que no están en condiciones de cumplir con sus obligaciones. La justicia designa uno o más comités para que representen a los acreedores, accionistas y la empresa para armar un plan que les permita estabilizar sus finanzas. Al final el plan debe ser aprobado por los mismos acreedores, accionistas, tenedores de bonos y por el tribunal que lleva la causa. Si no hay acuerdo se pasa a una liquidación bajo el Capítulo 7, pero esto no pasa tan amenudo.

Según Avianca, el nuevo plan de negocio le permitirá: Ser una aerolínea estable y económicamente viable, tener una red de rutas más robusta con una flota de pasajeros de más de 130 aeronaves para servir a 2025 más de 200 rutas punto a punto en América Latina, a medida que la demanda de viajes se recupera por completo; fortalecer una estructura de costos más reducida y crecer en nuevos mercados, impulsar el crecimiento continuo de los negocios de carga y su programa de lealtad LifeMiles en los mercados donde ya opera.

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Avianca es la segunda aerolínea más antigua del mundo que se mantiene en operación. (I)