El consumo per cápita de la carne de cerdo escaló este año en Ecuador y llegó a los 12 kilos después de mantenerse desde el 2023 en 11,44 kg. En 2019 era de 10,90 kg y entonces igualaba a la carne de res (10 kg).

Desde esa fecha el consumo de la carne de res fue bajando hasta caer en el 2023 a 8 kg y se ha recuperado hasta el 2025 en 8,5 kg, mientras que la de cerdo se consolidó como la segunda más consumida en el país, solo por detrás de la carne de pollo con un consumo de 30 kg por persona al año, según Paúl Parra, presidente ejecutivo de la Asociación de Porcicultores del Ecuador (ASPE).

Estefanía Loaiza, directora ejecutiva del gremio, explicó que para crecer 1 kg en el consumo per cápita, la producción debe incrementarse aproximadamente en 18.000 toneladas. Sin embargo, este incremento de producción también significa desafíos para el sector porcícola.

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De acuerdo con Parra, el crecimiento de la oferta ha generado que los precios de la carne de cerdo caigan en más del 20 % en los últimos meses, lo que no cambiará en un corto plazo. Advirtió que la caída de los precios representa que la producción llegó al tope de crecimiento y se deberá empezar a controlarla y reducirla, lo que conllevaría a que algunos productores quiebren. En Ecuador hay alrededor de 166.000 productores porcícolas que producen cerca de 230.000 toneladas de carne de cerdo al año.

Para evitar ese escenario, Parra presentó este martes 27 de mayo, en el Congreso Internacional de Porcicultura Porciecuador 2025, que se desarrolla hasta este miércoles e Guayaquil, un proyecto para incrementar la demanda a través de fomentar el consumo de esa proteína y no tener que reducir la oferta.

Este proyecto consiste en contribuciones obligatorias de toda la cadena y la constitución de un fideicomiso enfocado específicamente en el fomento del consumo de la carne de cerdo.

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“Ha llegado el momento de trabajar en serio para incrementar el consumo de la carne de cerdo con un proyecto de largo plazo, con contribuciones obligatorias a través de varios frentes (...) esperamos desde ya su apoyo, su vinculación, pero principalmente su participación activa”, sostuvo frente a los representantes de las empresas del sector.

¿Cómo se recaudarán las contribuciones?

Parra explicó que para los porcicultores pequeños y medianos las contribuciones podrían darse a través de los sistemas de vacunación y “que al momento que estén pagando su vacunación, contribuyan con $ 0,10 o $ 0,15 o $ 0,20 para el proyecto de fomento de la carne de cerdo”.

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Mientras que para los grandes productores, que cuentan con un sistema de autoservicio de vacunación, se prevé que contribuyan a través de ese sistema.

Otra opción es una contribución en los centros de faenamiento municipales que se convertirían en agentes de retención. “Si pagamos $ 15, retener $ 0,50 por cada cerdo para la campaña”.

El dirigente incluyó también en el plan a empresas relacionadas con el sector, como las de alimentos balanceados y las de genética. “Si no fomentamos la demanda, la oferta va a seguir superándonos y los precios van a seguir cayendo, esto va a desalentar la producción, va a quebrar mucha gente y significa que habrá que bajar la producción para nivelarnos”.

Destacó estrategias similares de países vecinos como Colombia, que tiene un presupuesto de alrededor de $ 12 millones para el fomento del consumo de la carne de cerdo. En el caso de Ecuador, espera generar cerca de $ 2 millones al año, pero mantener el proyecto en el mediano y largo plazo.

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El proyecto también buscará evitar que el consumo caiga.

Si se cumplen las expectativas, Parra cree que Ecuador puede crecer hasta 13 kg o más y alcanzar a países de la región como Argentina (13 kg) o México (18 kg). China y Hong Kong tienen un consumo de 44 kg y 60 kg, respectivamente.

Este último punto también puede significar una oportunidad para Ecuador que busca ser más competitivo y además de abastecer totalmente el mercado interno y buscar mercados internacionales, aunque para ello considera que se debe subsanar internamente el principal problema: el alto costo de su principal materia prima, el maíz.

Indicó que el precio de las materias primas hacen que los costos internos de la industria local sean el 30 % o 40 % más altos que los países vecinos.

La industria porcícola absorbe al año 400.000 toneladas de maíz nacional y 800.000 toneladas de alimento balanceado. Sin embargo, la pérdida de competitividad se da a través del precio de grano por el que, según Parra, se llega a pagar hasta $ 20 o más por un quintal, pese a que para este año se fijó un precio techo de $ 19,50, y mientras que en otros países de la región el maíz se consigue a $ 12 o $ 13 el quintal. De todas maneras, Parra señaló que el precio techo fijado para este año “va a poner tope a la especulación y al acaparamiento”.

“Mientras que no arreglemos algunas de las dificultades internas que tenemos, va a ser muy difícil que pongamos un pie en la región y en el mundo, pero estamos trabajando para ello”, señaló.

Indicó que una de las soluciones es tener un equilibrio entre la producción nacional y la importación de maíz, con los cupos necesarios, un precio equilibrado y evitar la especulación.

Indonesia, Bahamas y El Caribe, interesados en la carne de cerdo

El subsecretario de Agroindustria, Julio Álvarez, aseguró que se trabaja para abrir más mercados para la carne de cerdo. En 2024 se abrió el mercado de Vietnam y aseguró existe interés de Indonesia para importar carne de cerdo ecuatoriana, de Bahamas y de El Caribe. Y no descartó otros mercados como el de Corea del Sur y China.

Indicó que Ecuador también tiene oportunidades de exportar carne de cerdo a países de la región como Colombia, Perú y Chile, que han incrementado sus niveles de consumo, aprovechando las alianzas estratégicas, acuerdos comerciales y ventajas logísticas con esos países.

La genética enfocada a reducir costos

En el ámbito de la genética, Mirza González, gerenta de Topigs Norsvin Ecuador, señaló que las soluciones genéticas se enfocan justo en reducir los costos para los productores, como por ejemplo, el del alimento balanceado.

La experta aseguró que el alimento representa casi el 80 % del costo de producción de los cerdos, por lo que tratan de ser eficientes a través de estas soluciones genéticas: trabajar en cerdo más productivo, en reducir la mortalidad, en necesitar menos balanceado para sacar un lechón más eficiente, si el balanceado es lo más costoso, sale un lechón menos caro.

La empresa aseguró que cuentan con 5 años de progreso genético y aseguró que se ocupa 22 kg menos de balanceado por cerdo y 4.500 kg de carne de cerdo por hembra al año. (I)