Hoy Guayaquil celebra 487 años del proceso fundacional, una ciudad que a su vez ha sido testigo y cuna de la constitución de importantes empresas que nacieron en el siglo pasado y en el siglo 19; y que aún siguen vigentes y en la memoria colectiva del guayaquileño; y que han vivido junto con la ciudad buenas épocas, pero también momentos complicados.

Una de estas longevas empresas es Café Conquistador, que en sus 73 años de vida incursionó en otros giros de negocios que dejaron huella, como El Comisariato de Todos El Conquistador, cadena que surgió entre fines de los sesenta e inicios de los setenta y que Carlos Miranda Freire, presidente de Café El Conquistador, recuerda con mucho aprecio y nostalgia.

En una pequeña oficina, en el km 8,5 de la vía a Daule, Miranda Freire, de 70 años, le cuenta a Diario EL UNIVERSO los inicios de esta gran empresa familiar. Eran los inicios de la década de los cuarenta cuando su padre, el riobambeño Carlos Miranda Gallegos inició sus negocios en Guayaquil, entregando productos de la Sierra en el Mercado Central.

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Guayaquil pionera, cuna de industrias, gremios y del comercio del Ecuador

“Mi mamá -María Angélica Freire- era jefa de los casinos del Ferrocarril, en los años cuarenta, treinta y pico, y visionariamente le dijo a mi papá que viniera a Guayaquil y ella le mandaba productos de la Sierra. (Los productos) llegaban hasta Babahoyo, porque el tren no llegaba hasta Durán en aquella época, mi papá viajaba y los traía a la ciudad”, comenta el empresario, quien fue el primero de la familia Miranda en nacer en Guayaquil.

Después de tanto ir y venir, los Miranda-Freire decidieron migrar definitivamente a Guayaquil e instalarse en un pequeño puesto en el Mercado Central, luego arrendaron un local al frente, en la calle Lorenzo de Garaicoa y fundaron su primer negocio formal La Bodega Agrícola.

En 1949 Miranda Gallegos cristalizó un viejo anhelo, comercializar café; y de La Bodega Agrícola nació lo que hoy es Café Conquistador.

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Carlos Miranda Issa, la tercera generación a cargo de la empresa, recuerda que de La Bodega Agrícola también nacieron los comisariatos. “No solo con productos de la Sierra, sino con productos importados”, cuenta el empresario, que indica que llegaron a tener cinco locales propios en Guayaquil.

La idea del comisariato, según Miranda Issa, fue de sus tías que trajeron el concepto de autoservicios desde México y Estados Unidos. Su papá recuerda que él estudiaba en México (tenía 18 años) cuando entre 1969 y 1970 abrió el primer local de El Comisariato de Todos El Conquistador.

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Carlos Miranda Freire (c) y sus hijos, Carlos Miranda Issa y Andrea Miranda Issa, recuerdan los inicios de Café Conquistador fundado en 1949, y el nacimiento de otras empresas del grupo como Fantasías del Conquistador e Importadora Carmiranda. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

“Antes eran supermercados, a raíz de que el Gobierno implementó comisariatos para empleados, y estos empezaron a captar la clientela de los supermercados, entonces con (otra cadena) teníamos una Asociación de Supermercados, dijimos: se nos están llevando los clientes, entonces en vez de supermercados pongámosle comisariatos, ahí nació la famosa idea del comisariato”, revela Miranda Freire, quien señala que el primer gerente de los comisariatos fue su cuñado Jorge García Torres, que luego salió de la empresa para fundar la suya propia, Sumesa.

Sin embargo, esta parte del negocio ya no existe, el último local, ubicado en Samanes 5, cerró en el 2009. Miranda Freire reconoce que después de casi 40 años no alcanzaron el punto de equilibrio en nuevos locales que abrieron y financieramente les pasó factura, lo que se convirtió en el primer revés de la empresa.

“Cuando cerró Samanes fue un préstamo bancario y las expectativas de ventas no llegaron a cubrir lo que teníamos que vender para poder solventar el costo financiero”, indica Miranda Freire, quien indica que el poder del mercado también los impactó.

Solo el 50% de empresas familiares de Ecuador tiene un plan de sucesión generacional

Sin embargo, los Miranda se recuperaron y resurgieron con otros negocios; pues de los comisariatos nació Fantasías del Conquistador, que se especializa hasta la actualidad en productos para fiestas, y la Importadora Carmiranda que distribuye la marca mexicana Globos Payaso.

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La segunda época complicada fue entre el 2015 y 2016 cuando el gobierno de Rafael Correa impuso salvaguardias a las importaciones. Miranda Issa asegura que llegaron a pagar hasta el 65 % de aranceles, lo que casi les significó la quiebra de la Importadora Carmiranda.

“Las salvaguardias no hicieron más que fomentar el contrabando. En la calle se vendían Globos Payaso a la mitad del precio de lo que nosotros comercializábamos. Entraban por la frontera de Perú y Colombia”, recuerda Miranda Freire, quien, sin embargo, reconoce que también hubo tiempos de bonanza para el negocio, sobre todo del café, en los años 80 durante el gobierno de León Febres-Cordero.

El empresario recuerda que en esa época Ecuador exportaba café y tenían precio de sustentación. El país era parte de la Organización Internacional del Café (OIC), un cartel que daba cupo a cada miembro para regularizar el precio. “Se acaba la OIC, la tiran abajo y los países miembros se abrieron al mercado y eso fue la peor hecatombe, quebraron en el país más de 100 exportadoras”.

Durante más de siete décadas, con buenos y malos momentos, los Miranda y El Conquistador han sabido levantarse y reinventarse, así como Guayaquil después de los incendios de 1896 y 1902. Miranda Issa ya no es la última generación de El Conquistador, ahora lo es Carlos Miranda Andrade, su hijo, que nació hace seis meses y continuará el legado familiar y empresarial que inició su bisabuelo. (I)