El adelanto del inicio de la época de estiaje, la escasez de lluvias, el déficit energético ante a la poca generación y la limitación de importación de energía desde Colombia -por el estiaje que enfrenta- complican cada vez más la situación energética en Ecuador. En esas circunstancias, es “altamente probable” que en octubre el país experimente nuevamente cortes de luz, como ya sucedió en abril, advierten tres ingenieros eléctricos consultados por este Diario.

Lo dicho por los expertos coincide con declaraciones dadas el miércoles por el ministro de Energía y Minas, Antonio Goncalves, quien reconoció que es posible que se retomen los racionamientos de luz, pero aseguró que se está trabajando para evitar que esto ocurra.

“Día a día estamos trabajando con el equipo para que estos cortes no ocurran; sin embargo, dada la tremenda hidrología que está ocurriendo ahora, no es garantizado”, dijo Goncalves en una entrevista en Teleamazonas.

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Para enfrentar la crisis el Gobierno planea invertir entre $ 900 millones y $ 1.000 millones para la adquisición de 750 megavatios (MW) de nueva generación (550 MW de compra y 200 MW de alquiler). Las licitaciones saldrán el 2 de septiembre.

En tanto, informó que el lunes 26 de agosto se prevé que la barcaza turca de la firma Karpowership empiece a entregar 100 MW al sistema integrado.

Respecto del déficit de energía de 1.080 MW, determinado por el Operador Nacional de Electricidad (Cenace), Goncalves señaló que ya se contrataron 341 MW que entrarán al sistema integrado hasta fin de año, a lo que se sumará la compra de 700 MW.

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“Lo que tenemos es que estamos corriendo contra el tiempo, porque se adelantó el estiaje, y estas compras, hasta que esté la instalación, toman dos o tres meses y eso es donde estamos ahora, en ese trabajo para ver cómo evitamos que existan cortes”, manifestó el funcionario.

Si bien es necesaria y apremia la contratación de más generación, los expertos consultados señalan que la integración de esos megavatios no llegará a tiempo y no será suficiente para paliar los posibles cortes de luz que se aproximan.

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La situación es delicada. En redes sociales se muestran imágenes y videos del bajo caudal que muestran ríos del Azuay. “El río Tomebamba está seco”, reportaba el miércoles el periodista Iván Rodríguez, en Cuenca, quien informaba que en algunas parroquias de la ciudad han sufrido de racionamientos en el suministro de agua potable.

Hugo Arcos, doctor en ingeniería eléctrica de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), menciona que es preocupante que la cuota de los embalses de la cuenca del río Paute van disminuyendo su nivel por la falta de lluvias, en un mes que normalmente registraba frecuentes precipitaciones.

Lo lógico es que durante agosto llueva, pero lastimosamente eso no se ha visto en este año. Y eso no va a permitir los niveles de embalse en septiembre, que es lo lógico dentro del proceso operativo: mantener los embalses llenos hasta casi finalizar septiembre y empezar a vaciar esa carga de agua a partir de octubre. Esto garantiza o mantiene el nivel servicio y atención de la demanda durante octubre y noviembre, que son meses severos de estiaje”, explica Arcos, lamentando que la época seca se adelantó un mes, lo que complica especialmente a los embalses de la central Mazar.

Arcos ve prácticamente seguro que en octubre haya apagones otra vez, y si el panorama no mejora, cree que los racionamientos podrían extenderse a noviembre y diciembre. La duración de los cortes de luz al día, dice el ingeniero, dependerá, en buena parte, de cuánta energía pueda exportar Colombia a Ecuador.

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Marcos Acuña, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha y del Ecuador, considera que por el “crítico estiaje” los apagones podrían presentarse en las últimas semanas de septiembre.

“Mucho depende del factor climático, del nivel de pluviosidad, sobre todo en las zonas de las dos principales fuentes de generación hidráulica, que son el sistema Paute y Coca Codo Sinclair. Y además, no se ha seguido incorporando nueva generación”, apunta.

Recuerda que en abril hubo un pico de demanda 5.060 MW y en adelante el promedio ha oscilado en 4.600 MW. Con ese margen y ante el bajo nivel de los embalses, es poco probable que no haya racionamientos, reitera Acuña. Indica que el miércoles la represa de Mazar registró un caudal mínimo de 10 metros cúbicos por segundo.

Apunta que la crisis energética no es nueva, ni reciente, y frente a ello las autoridades de turno -del anterior y actual Gobierno- no han trabajado adecuadamente, ni con anticipación.

“No se han hecho los debidos mantenimientos al parque térmico; hay una indisponibilidad de 800 MW del parque térmico que podrían entrar a funcionar. Tampoco se está dando el combustible necesario a la central térmica de Machala. No se ha incorporado nueva generación. Y, por otro lado, la demanda sigue creciendo”, resume el presidente del Colegio de Ingenieros.

El ministro de Energía aseguró que a diario se revisan los embalses y caudales. Dijo que una de las estrategias que se han adoptado es conservar al máximo el embalse de Mazar, pero ahora ya se tendrá que empezar a utilizarlo para cumplir con la demanda.

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Andrés Oquendo, expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos de Pichincha, insiste que “vamos a tener que pasar por los cortes de luz, porque no tenemos un parque térmico preparado que pueda servir de reemplazo”.

De cara al posible escenario que se avecina, Oquendo comenta que lo que hay que atender a corto plazo es apresurar las contrataciones de nueva generación, para que los racionamientos no sean de más de una hora al día.

Esperar que Colombia no restrinja más la exportación de energía es incierto, dice Oquendo, ya que ese país también tiene complicaciones que debe solventar para abastecer su demanda interna. (I)