“Un buen augurio” fue lo que experimentaron los negocios de diversión para niños que funcionan en centros comerciales el pasado 1 de junio, el Día del Niño, tras la demanda recibida después de más de un año marcado por la ausencia de los menores a causa de la pandemia del COVID-19, lo que generó la quiebra de algunos de estos locales.