Una de las máquinas con las que Edmundo Kronfle fabricó sus helados Pingüino sigue funcionando en la planta Antártida de Unilever. La multinacional, que compró la marca en 1996, reunió al fundador con sus recuerdos y con colaboradores que trabajaron con él y los nuevos para celebrar los 70 años de Pingüino.

“Donde haya un habitante, ahí tiene que estar Pingüino”, decía Kronfle cuando estaba al mando y así lo llamaban a contarle: “‘Aquí estoy en Tulcán y hay una carretilla con tus helados’”. Los miércoles abría su fábrica -en Chile y Letamendi- a las escuelas, a los niños de cuarto, quinto y sexto grado, para que tomaran todo el helado que quisieran. “Así metí el nombre de Pingüino en la mentalidad de los niños”. Su frase era “Cuando digan helado, pidan Pingüino”. “Fue así como identifiqué la palabra helado con Pingüino”.

Cacao especial, que solo crece en Ecuador, Brasil y Costa de Marfil, le da nombre y color al nuevo Magnum Rubí

A sus 95 años volvió a la fábrica, que ahora está al otro lado de la ciudad, se reencontró con la planta que hizo funcionar hace décadas, recorrió las máquinas en funcionamiento y vio pasar los Polito, los Sánduche que ahora se exportan a Venezuela, los Magnum que se envían a Brasil, y se llevó uno con el empaque escrito en portugués, también dejó hecho un pedido especial: que hagan Magnum relleno con helado de chocolate. Y es que Ecuador es un país muy chocolatero y precisamente los helados más preferidos por los consumidores son los que tienen cobertura de chocolate, los que tienen alguna composición con chocolate.

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En la planta Antártida de Unilever, ubicada en la vía a Daule, se fabrican los helados Pingüino. Foto: José Beltrán

Su legado y su sueño de que Pingüino llegue a cada rincón del Ecuador “lo han venido cumpliendo con creces”, colocando miles de congeladores en todo el país y sumando otras marcas como Magnum y Cornetto. Con “esa combinación de estar presentes y un portafolio más amplio la historia de estos 70 años se ha potenciado”, comenta Orlando Colombo, gerente de Helados Pingüino.

Destaca que una de las fortalezas de Pingüino en Ecuador es que tiene una variedad de productos y precios, desde el Polito que cuesta $ 0,25, el Magnum que cuesta $ 1,40, el Casero de $ 0,75, el Choco Empastado de $ 0,60. “La variedad de productos que tenemos a diferentes opciones de precio hace que nuestros consumidores puedan acceder a sus productos preferidos”.

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En términos de expansión ser parte de una compañía multinacional les ha abierto posibilidades de llevar los helados ecuatorianos a otros países. Sus exportaciones de Magnum a Brasil y Sánduche a Venezuela les ha permitido seguir creciendo en producción, utilizando materias primas nacionales y personal. En la planta son más de 200 trabajadores directos e indirectos.

Entre ese personal sigue Ángel Pinto, quien llegó a Pingüino en 1984 y lleva 39 años de trabajo, tiempo en el que pasó por todas las áreas, donde se hacían los Vasito, los helados. Fue ahí cuando decidió estudiar para ser tecnólogo en alimentos y su recuerdo más grato es el boom del helado tricolor. Sara Iturralde lleva 28 años trabajando para la marca con Kronfle y luego con Unilever. Ambos se reencontraron con el fundador y juntos con el personal de la fábrica cantaron el jueves 30 de marzo el Cumpleaños feliz por los 70 años de Pingüino. Con brindis y torta incluidos.

Ángel Pinto (i) trabajó con Edmundo Kronfle en Pingüino y siguió con Unilever, ya lleva 39 años laborando para la marca. Foto: María Teresa Martínez

Don Edmundo -como lo llaman- quedó “maravillado” al recorrer la fábrica. “Me siento casi dueño”, dijo y soltó las risas. En realidad, comentó estar orgulloso porque la marca que él quiere con toda el alma “está en manos de Unilever, que sabe hacer las cosas”. Tenía tres empresas, una textil y otra de hilos que “por cosas del destino, a veces no depende de uno, perdimos. Me quedé con Pingüino, que fue la que nos salvó”, contó Kronfle. Y su consejo a empresarios, emprendedores y jóvenes es sencillo: trabajar, trabajar y trabajar. “Yo tengo 95 años y voy a seguir trabajando en estos próximos quince años”. (I)