El Día de los Difuntos y las fiestas por la Independencia de Cuenca quedaron atrás. En el horizonte de lo que queda del 2022 aparecen Navidad y Año Nuevo y los preparativos para las cenas. Los pollos, pavos y cerdos vuelven a ser las opciones tradicionales y las industrias de estas proteínas se preparan con meses de anticipación para satisfacer la demanda.

Juan Francisco Jaramillo, coordinador técnico de la Corporación Nacional de Avicultores del Ecuador (Conave), revela que el consumo promedio de los ecuatorianos para el año 2022 es de 27 kg de carne de pollo y 1,3 kg de carne de pavo, este último se concentra principalmente en diciembre, mientras que la carne de pollo es consumida durante todo el año.

Venta de pavo y cerdo al horno sube con las opciones en tarrinas

Sobre la planificación del sector para la fecha, Jaramillo explica que la industria avícola realiza su programación de importación de material genético (aves reproductoras y pavitos de un día) y programación de producción tomando en cuenta que existe un aumento de demanda en diciembre.

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“Esto quiere decir que el ciclo productivo de la carne de pavo que será comercializada en diciembre se inició desde enero. El ciclo productivo para la venta de pollo en diciembre se inició desde mayo”, indica el vocero de Conave, quien asegura que en Ecuador, según el Registro Nacional Avícola, existen 1.802 granjas dedicadas a la producción de proteína aviar que abastecen toda la demanda del país.

El sector porcícola también trabaja durante todo el año para abastecer de producto a la población, ya que Ecuador es autosuficiente en la producción de carne de cerdo, asegura Estefanía Loaiza, directora ejecutiva de la Asociación de Porcicultores del Ecuador (ASPE).

Sin embargo, el 2022 no ha sido un año corriente para la industria. Loaiza recuerda que este año se caracterizó por la paralización de junio que generó una baja en la producción debido a la falta de movilidad de alimento balanceado, lo que ocasionó reducción de rendimiento en los animales.

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Asimismo, la guerra entre Rusia y Ucrania, principales productores de trigo y materias primas para balanceados, fertilizantes, entre otros, ocasionó que los precios de maíz, soya, trigo, aceite de palma, etc., escalen exageradamente.

“Por ejemplo, se comercializó un quintal de maíz en $ 23 cuando el precio nacional alcanza los $ 15. Estos factores incidieron para que pequeños y medianos productores reduzcan su oferta o incluso dejen de producir”, expresa.

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La industria propone una franja de precios para el maíz, productores en cambio ven imposible fijar piso o techo a la gramínea

En el caso del sector avícola, el paro nacional también afectó a esta industria tanto por abastecimiento de alimento hacia las granjas como para el transporte de las aves a centros de faenamiento y consumo.

“El sector avícola fue uno de los más afectados durante los paros, sin embargo no hemos dejado de producir proteína de calidad para alimentar a los ecuatorianos”, resalta el coordinador técnico de Conave, gremio que en junio pasado reveló que las pérdidas en el sector avícola, durante el paro nacional, sobrepasaron los $ 2 millones diarios.

Por su parte, la directiva de ASPE revela que el sector porcícola modificó su sistema de producción desde el segundo semestre del año, para elevar la oferta nacional para las festividades. Incluso han almacenado cortes primarios, como costillas, piernas, chuletas, entre otros, porque las ventas en diciembre alcanzan las 25.000 toneladas de carne de cerdo aproximadamente.

“Son el pico más alto anual, considerando que se produjeron en el 2021 alrededor de 206.000 toneladas”, analiza Loaiza.

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Destaca que la actividad porcícola ecuatoriana se desarrolla en todas las provincias del país. Según cifras del Consejo Consultivo de la Carne de Cerdo, el cual es liderado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), y de acuerdo con los registros de vacunación de Agrocalidad, existen 163.000 productores de porcinos, de los cuales los estratos de traspatio o familiar representan el 90 % y el 10 % corresponde a medianos y grandes productores.

Las cifras, según la directiva, demuestran la importancia socioeconómica del sector como generador de empleo, de alrededor de 280.000 personas que se benefician de esta actividad de forma directa e indirecta.

Loaiza espera para diciembre un incremento del 20 % en el consumo de carne de cerdo en comparación con diciembre del 2021, por varios factores. “Un factor importante para este año es que se han incrementado las reuniones sociales, compromisos y festejos ante la disminución de casos de COVID; a esto se suma el Mundial de Fútbol”, manifiesta.

Jaramillo también tiene buenas expectativas para diciembre. Asegura que el consumo de pavo para el 2022 se incrementará en 35 % frente al 2021 y casi en 50 % frente al 2020.

“Esto se da gracias a que los productores de pavo, junto con Conave, han enfocado esfuerzos en promover diferentes formas de consumir el pavo durante todo el año”, comenta el directivo, quien en cuanto al pollo espera que el consumo del 2022 sea 3 % superior al del 2021.

En tanto, cadenas especializadas en carnes como Corporación Fernández también esperan incrementos en la comercialización. Pedro Muñoz, gerente financiero de la firma, indica que en cuanto a los pavos se preparan desde mayo, ya que la crianza toma entre 90 y 130 días. En tanto que los procesos de faena se realizan desde agosto hasta noviembre.

Con respecto al cerdo, desde julio seleccionan de acuerdo con su calidad y grosor para empezar a separar los perniles que llegarán a las perchas.

Según Muñoz, en Fernández se faena un promedio de 82.000 pollos semanales, 900 cerdos y 240 reses.

En cuanto a los pavos, se faenan 180.000 aves al año aproximadamente, aunque aclara que a finales del año no se incrementa esta tarea, ya que son productos que se organizan y programan de julio a noviembre.

Un 25 % más de pavos se produce para esta temporada y se vuelve a niveles de antes de la pandemia

“Así no se cruzan a finales de año. Nos organizamos de esta forma para así satisfacer al mercado local”, explica Muñoz, quien dice que la firma no descarta empezar a exportar a futuro, pues revela que en su plan del 2023 y 2024 esperan que al menos el 15 % de su producción se destine al exterior.

Volviendo al consumo, Muñoz asegura que la Corporación proyecta un pequeño incremento del 5 % con relación al 2021 y un 8 % con el 2020, basándose en la apertura que se puede generar para las reuniones familiares y las nuevas rutas para entrega a hogares.

Corporación Favorita, propietaria de cadenas como Megamaxi, Supermaxi y Akí, también empieza su planificación de compra con meses de anticipación.

“Debido a temas de producción, la planificación de compra se realiza con algunos meses de anticipación al inicio de la temporada navideña; al momento ya tenemos todo listo”, sostiene Rubén Salazar, gerente corporativo de la firma.

Asegura que con la reactivación económica y el fin de las restricciones de la pandemia la proyección es que la demanda sea mayor a la de los dos años anteriores. (I)