Ecuador afronta un difícil panorama económico, afectado por la fragilidad del precio internacional del petróleo, que esta semana ha llegado a mínimos no vistos en los últimos cuatro años.
La incertidumbre global por la confrontación arancelaria entre Estados Unidos y China, así como la pretensión de la OPEP+ de subir la producción mundial en 411.000 barriles diarios desde mayo, provocaron que el precio del West Texas Intermediate (WTI, de referencia para el crudo ecuatoriano) cayera 3,66 % el martes, a $ 58,21 por barril.
Para el jueves 1 de mayo la cotización del WIT tuvo un rebote, situándose en $ 59,17 por barril, según Bloomberg.
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Los mercados internacionales se mantienen a la expectativa de lo que suceda con el enfrentamiento comercial entre Washington y Pekín, y los temores de una recesión global por efecto de la política arancelaria del gobierno de Donald Trump.
Para Ecuador el escenario es adverso, porque no tiene influencia sobre lo que ocurra con el mercado petrolero.
En la proforma prorrogada para 2025 el Gobierno estimó un precio promedio de $ 63,7 por barril. Es decir, el valor actual del crudo WTI está por debajo de las previsiones de la proforma.
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Si se toma en cuenta el castigo que recibe el crudo nacional, debido a su viscosidad, el petróleo ecuatoriano se vende alrededor de $ 10 menos que el precio referencial del WTI, lo que implica menos ingresos petroleros.
En ese contexto, el riesgo país de Ecuador se situó en 1.189 puntos básicos, el 30 de abril. Es un margen alto, que responde a la debilidad del precio del crudo, una de las principales fuentes de recursos para el país.
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Mientras siga elevado el riesgo país implica que los mercados mantienen sus reservas para invertir en Ecuador.
Aunque el indicador se redujo considerablemente tras la victoria de Daniel Noboa en las elecciones presidencial del 13 de abril y a pesar de que el Gobierno reelecto mantiene buenas relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros multilaterales, los bajos precios del crudo limitan el acceso a financiamiento fresco, observó José Luis Fuentes, docente e investigador en Ciencia Política.
A pesar de que Ecuador busca incrementar la producción y negociar con organismos multilaterales como el FMI, el contexto actual de bajos precios y la necesidad de financiamiento —cercana a $ 8000 millones— complican la situación.
La eliminación de subsidios a los combustibles podría ser una alternativa, pero esto podría generar inflación -por el precio del diésel- e incluso causar descontento social, advirtió el experto.
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“Si seguimos viendo que los precios de crudo se derrumban, las opciones de financiamiento se restringen”, comentó.
En su último reporte, el FMI prevé que precios internacionales del petróleo se desplomen el 16 % en 2025.
Dentro del programa que Ecuador tiene vigente con el Fondo desde 2024, para este año se espera que el organismo provea de $ 1.250 millones al país.
El multilateral aún no concluye la última revisión del cumplimiento de metas por parte del Gobierno. De ello depende que el país reciba $ 410 millones. (I)