Subir al quinto edificio más alto del mundo, de 597 metros de altura (115 pisos), en apenas 59 segundos y luego mirar desde grandes ventanales hacia una ciudad de rascacielos, gigantescas vías y gran actividad económica es una de las experiencias que se puede vivir en Shenzhen (China).

Con 18 millones de habitantes solo en la zona más urbana, esta ciudad, ubicada en el sur de China (provincia de Cantón) y fronteriza con Hong Kong, ha crecido de manera vertiginosa durante los últimos cuarenta años. Luego de que en 1979 el entonces presidente Deng Xiaoping ordenara la creación de zonas económicas especiales a fin de atraer inversión privada, el pequeño pueblo de pescadores pasó a ser la primera zona de este tipo en 1980. No en vano se la conoce como la “Silicon Valley” de China. Así, Shenzhen se convirtió en un laboratorio económico, experimentando con políticas de apertura y reforma, propicio para el crecimiento de Huawei, fundada en 1987 por Mr. Ren Zhengfei, quien tuvo la visión de modernizar las telecomunicaciones en China.

El edificio PingAn Financial Center es el quinto más alto del mundo en la ciudad tecnologizada Shenzhen, en China. Foto: Patricia Sandoval

En estos días, justamente la empresa de telecomunicaciones presentó sus innovaciones y planes para América Latina en las ciudades de Shenzhen y Dongguan. El evento, denominado Compass Cloud Huawei 2024, mostró las posibilidades tecnológicas para la región y mencionó casos de éxito alrededor del mundo. También mostró sus últimos trabajos relacionados con inteligencia artificial, infraestructura de telecomunicaciones, incluyendo la generación 5.5G.

Publicidad

Aunque América Latina, según los datos de GSMA, está en su mayor parte en un proceso de despegue del 5G, en la matriz de Huawei ya se puede ver la incursión en la tecnología 5.5 G. Un carrito no tripulado que es capaz de llevar encargos o una tienda en la cual se ha instalado un sistema que registra la entrada o salida de mercancías a través de etiquetas de las cajas que tienen minichips son parte de las soluciones que se van aplicando como servicios de Huawei, una suerte de revolución logística. Los técnicos de la empresa explican que estas generaciones tienen que ver con la velocidad o reducción de la latencia. Así, 4G tiene una velocidad de 20 megas, mientras que 5G presenta una velocidad tres o cuatro veces mayor que su anterior generación. Al final, 5.5G da un paso más allá y supera en cinco veces la velocidad de 5G. La 5.5G es una tecnología que da más estabilidad al servicio.

Shenzhen (China). Huawei incursiona en la tecnología 5.5G. Este carro no tripulado es capaz de llevar encargos. Foto: Patricia Sandoval

Shenzhen es una ciudad de contrastes. Por un lado está el sector de los grandes hoteles, el Ferris Wheel (noria), el sector comercial y financiero con 14.000 empresas; pero también hay centros comerciales gigantes, otros más populares, donde se aprende a manejar el arte de regatear, aunque no se conozca el idioma. De repente en esos sitios se puede escuchar a un vendedor chino dirigiéndose a un comprador latino decir “Esto está chingón”, y de vuelta el latino alegar que está muy caro diciéndole “Taicuila” (muy caro).

También está el pequeño Old Town (con más de mil años de antigüedad), en donde se puede apreciar la arquitectura milenaria de China, con techos curvados y en punta, desde los cuales vigilan dragones y otros seres sagrados.

Publicidad

Cientos de cámaras vigilan la ciudad de Shenzhen, en China, a fin de prevenir y resolver diversos inconvenientes en la gestión de la ciudad. Foto: Patricia Sandoval

En todos los sitios funcionan cámaras de vigilancia, a través de las cuales las autoridades están pendientes de cualquier inconveniente. Por ello, la ciudad de Shenzhen se considera una ciudad muy segura.

En la casa matriz de Huawei, en Shenzhen, donde existe una serie de salones de demostración sobre la tecnología y herramientas que ofrece la empresa, los expertos explican que el tema de las cámaras es una aplicación importante de un ecosistema en general, en el que convergen varios proveedores de equipos, conexiones, redes, mantenimiento, operación. Y Huawei, por ejemplo, ofrece el soporte de la nube.

Publicidad

En este sentido, explican que a través de todo este ecosistema se pueden neutralizar violaciones de reglas, optimizar el tráfico, estar vigilantes ante accidentes de tránsito y se pueden establecer responsabilidades. Así se ha logrado un tráfico más eficiente en carreteras.

La herramienta le permite también a la autoridad adelantarse a diferentes hechos, como, por ejemplo, detectar si algún lugar tiene basura no recogida, y se puede realizar la tarea previniendo la incomodidad de los ciudadanos. De esta manera, la gestión urbana se basa cada vez más en la tecnología. Ante la pregunta sobre si esta vigilancia podría llegar a generar incomodidad en los ciudadanos, como una invasión a la privacidad, explica el experto que esta herramienta se usa para la gestión de acontecimientos como accidentes de tránsito y cosas urgentes, no para vigilar la vida de los ciudadanos. Hay pocas quejas de los ciudadanos en este sentido.

Más bien hay buenas prácticas para incrementar la participación ciudadana. Por ejemplo, los mismos ciudadanos pueden tomar fotos, las pueden subir en una aplicación y de esta manera también alertar a las autoridades.

Meituan es una aplicación de 'delivery' que maneja 100 millones de transacciones, lo que requiere un buen soporte de tecnología en la ciudad de Shenzhen, en China. Foto: Patricia Sandoval

También se puede mirar a cada minuto cómo las motos eléctricas, conducidas a buena velocidad, comparten vereda con los transeúntes. Parte de estos motociclistas pertenecen a la plataforma de delivery llamada Meituan. Ellos, ataviados con cascos y trajes amarillos, también pueden considerarse un ejemplo de la tecnología, pues usan la nube de Huawei para coordinar la logística. La empresa en toda China tiene unos 700 millones de usuarios activos, con un total de 9 millones de repartidores, que atienden unas 21.900 millones de órdenes anuales. (I)

Publicidad