Todavía no hay una fecha establecida para la liberalización de los precios de las gasolinas extra y ecopaís, pero el Gobierno ya inició diálogos con grupos sociales y políticos para explicar el sistema de compensación que se aplicará a grupos vulnerables que serán protegidos. Desde la Cámara de Comercio de Guayaquil, su director ejecutivo, Juan Carlos Díaz-Granados, analiza esta medida que la califica como apropiada y sugiere los pasos a seguir para sincerar la economía con el menor impacto posible.

¿Cómo se ve desde el sector comercial la liberalización de los precios de las gasolinas que analiza el Gobierno?

Esto debe hacerse de manera focalizada, es decir, revisando que los grupos vulnerables no sean afectados, porque siempre es importante ver la parte social, el impacto que tiene. Pero la realidad es que de alguna manera el Estado ecuatoriano pensó cuando se extrajo la primera gota de petróleo en los años setenta que el Estado iba a solucionar todo, que éramos millonarios, y hemos visto que desde esa época hasta acá eso no ha ocurrido, de hecho, ese modelo ha colapsado. Por lo tanto, tenemos que encontrar soluciones y eso ha hecho que la Cámara de Comercio de Guayaquil a lo largo del tiempo impulse a que se eliminen los subsidios de los combustibles que también se establecieron desde esa época en que se extrajo la primera gota de petróleo.

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¿Cuáles han sido las consecuencias?

Eso ha afectado al presupuesto del Estado en general porque por ahí se van miles de millones de dólares que no deberían irse, sino enfocarse en la salud pública, la educación pública y la seguridad social que tienen mucho por mejorar. No es justo que los ecuatorianos tengamos esta carga impositiva tan alta y no tengamos una contraprestación como consecuencia de esos impuestos que pagamos.

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Las compensaciones por la focalización del subsidio le costarán al Estado $ 150 millones, ¿igual es una salida de dinero del fisco?

Claro, pero es una inversión social, es decir, cuando estamos hablando de $ 150 millones es inversión en aquellas personas más vulnerables. Es lo mejor de los dos mundos, por un lado ahorras y por el otro lado se va a invertir más en lo social, donde hay necesidades insatisfechas, especialmente en los más vulnerables. Incluso las personas que ganan más tienen que pagar su seguro privado, pero también aportar a la seguridad social, tienen que aportar a través de los impuestos, pero sus hijos no reciben una educación pública de calidad, una salud pública de calidad y por lo tanto tienen que encontrar otras vías, ni una seguridad ciudadana y tienen que invertir para vivir en ciudadelas cerradas, hay un desequilibrio y por lo tanto hay que hacer varias cosas.

¿Cuáles son esas cosas?

La primera: sincerar la economía y concluir que el modelo no ha funcionado, ese modelo proteccionista, ese modelo que desde el Estado solucionó todo vemos que no ha funcionado y que además tenemos una presión tributaria muy elevada. El Estado tampoco tiene los recursos, por lo tanto, hay que ejecutar más acciones, por ejemplo, mejorar el tema de las compras públicas, por ahí se van miles de millones de dólares, ahí hay una oportunidad de mejorar para que desde el Estado se compre a precios de mercado, porque resulta que el Estado termina comprando hasta cinco veces más caro de lo que compramos en la tienda de la esquina.

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Hay un sector vulnerable que será protegido, ¿qué pasa con el resto, afectaría su poder adquisitivo y se reflejaría en las ventas del sector comercial?

Creo que hay que trabajar para que esto afecte lo menos posible a los más vulnerables que no siempre son los más vulnerables extremos, sino también a la clase media. Decimos que es un país desarrollado cuando la clase media es más amplia, entonces no podemos seguir golpeando a la clase media, pero sí tenemos que trabajar para eliminar inconsistencias y que haya libre competencia en el mercado, que sea más fácil ser formal, que el Estado no compre a precios más caros de los que cualquier persona pueda comprar, cambiar modelos que han colapsado de tal manera que haya más recursos en el Estado, y de esa manera seguir trabajando juntos como país desde el sector público y el sector privado. Al final no es que hay una economía pública y una privada, es una sola economía en la que debemos trabajar juntos. (I)