Las cifras oficiales de la pandemia se agudizan. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó la semana pasada un estudio sobre las defunciones registradas en 2020, que muestra una fotografía más clara del impacto de la pandemia en el país. Según ese análisis, hubo 41.077 muertes más que en 2019, un aumento anual sin precedentes, y la principal causa fue el COVID-19, que provocó 23.793 defunciones, entre casos confirmados y sospechosos.

Esta cifra no concuerda con la del Ministerio de Salud Pública (MSP), que contabilizó alrededor de 14.450 muertes por COVID-19 el año pasado, de igual manera, entre confirmadas y sospechosas. El dato del INEC incluso supera a todas las muertes por COVID-19 registradas por el MSP en toda la pandemia, pues según este Ministerio hasta ayer hubo solo 20.831 defunciones.

La cifras de ambas instituciones no coinciden debido a la diferencia en las metodologías utilizadas en sus análisis. La directora de Estadísticas Sociodemográficas del INEC, Soledad Carrera, afirmó que su estudio es más amplio. Explicó que las cifras del MSP son recogidas principalmente de los egresos hospitalarios, mientras que el INEC incluyó las defunciones en domicilios y otros lugares.

Publicidad

“No necesariamente, ellos (los técnicos del MSP) tienen acceso a la información, por ejemplo, de las defunciones que ocurrieron en la casa, que certificaron médicos tratantes o de Medicina Legal. Por eso es la diferencia”, puntualizó Carrera.

Además, la cifra se elevó en el estudio del INEC porque se corrigieron los fallecimientos que al inicio se registraron con otras enfermedades, como neumonía, ya que los médicos no contaban con los resultados de las pruebas PCR en ese momento. Los casos que obtuvieron resultado positivo fueron reclasificados como muertes por COVID-19, explicó Carrera.

Las cifras del INEC también revelan qué grupos fueron los más afectados por el coronavirus. De las 23.793 muertes por esa enfermedad, el 83% fueron personas que residían en áreas urbanas; el 66% fueron hombres; el 28% tenía entre 65 y 74 años y el 22%, entre 75 y 84 años.

Publicidad

Casi la mitad de los fallecimientos, el 48%, sucedió en hospitales del MSP; y el 31%, en los del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Mientras, el 11% de los decesos por COVID-19 (2.587) ocurrió en domicilios. La mayoría de estos se dio en los momentos más álgidos de la emergencia, con el colapso de los hospitales: 716 en abril, cuando la pandemia azotó a Guayas y Santa Elena; y 432 en julio, cuando esta golpeó al centro y norte del país.

En las estadísticas del INEC, los decesos causados por el COVID-19 son solo una parte del gran exceso de mortalidad registrado en 2020. Entre las principales causas de fallecimientos también estuvieron las enfermedades isquémicas del corazón, la diabetes mellitus, la influenza y neumonía, y la hipertensión. Estas defunciones tuvieron un inusual incremento el año pasado, entre el 59% y el 80%.

Publicidad

Todas las muertes por esas cuatro afecciones sumaron 35.702 el año pasado. De estas, el 76% (tres de cada cuatro personas) murió en su domicilio, según las estadísticas del INEC. Y casi la tercera parte, 10.273, falleció en un solo mes, abril, el más trágico de la pandemia.

El médico Óscar López Sánchez, especialista en diabetología, apunta que estas son enfermedades crónicas que requieren de un seguimiento mensual. Cada mes, apunta, el MSP entrega a sus pacientes la medicina que deben tomar, pero con la pandemia esos insumos se agotaron.

“A mí me consta porque los médicos del Ministerio me pedían que les ayude con medicina para hipertensión o para diabetes. Eso sucedió durante varios meses. Se desabastecieron de medicina importante”, cuenta López.

Y esto solo fue una faceta del caos sanitario, pues la falta de camas y de personal en los hospitales fue evidente. A esto se sumó el temor de los pacientes por contagiarse con coronavirus. “Las primeras noticias eran que pacientes diabéticos o hipertensos, si se contagiaban de COVID-19, era muerte segura. Más o menos ese era el mensaje. Entonces esos pacientes tenían mucho más miedo para acercarse y hacerse atender”, añade López.

Publicidad

Otros factores fueron la mala alimentación, el estrés y la falta de ejercicio físico que también trajo consigo la pandemia, señala el especialista. “Mucha gente comía lo más accesible económicamente, arroz, papas, fideos, que les llena el estómago, pero les provocaba un daño en su enfermedad crónica como la diabetes o la hipertensión o las enfermedades de isquemia de corazón”.

El aumento inusitado de muertes también se registró en otras afecciones que, por su cantidad, no están dentro de las principales. Por ejemplo, los decesos por insuficiencia respiratoria pasaron de 135 en 2019 a 931 en 2020, es decir, un incremento de casi siete veces. Mientras, las enfermedades respiratorias agudas, sin contar la influenza y la neumonía, subieron en 144 %.

Las estadísticas del INEC también permiten determinar en qué grupos etarios hubo más exceso de muertes. Los fallecidos menores de 25 años se redujeron en 2020 con respecto al 2019. En todos los demás grupos, los decesos aumentaron, principalmente entre los 55 y los 74 años, donde las cifras bordearon el doble. (I)