El relleno sanitario de El Inga, ubicado en la parroquia de Pifo, en el nororiente de Quito, recibe más de 2.000 toneladas de basura que se generan a diario en el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ). Sin embargo, desde su creación, en 2003, ha completado sus espacios y las autoridades buscan nuevos lugares entre los terrenos colindantes.

Desde la administración de Jorge Yunda, alcalde removido por el Concejo Metropolitano, se inició la construcción de un cubeto que permita depositar los residuos sólidos.

Este lugar estaba ubicado entre el límite del relleno sanitario con la empresa envasadora de gas LP, Duragas. De hecho, la empresa municipal solicitó se done un área de terreno para actividades complementarias durante la construcción y operación de este cubeto.

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Es decir, una zona de terreno perteneciente a Duragas era usado para que se transporten las volquetas, carga pesada, entre otras actividades. Sin embargo, Carlos Cabezas, gerente Legal de Duragas, señaló que un perito determinó que una parte del terreno fue usado para que se entierre basura y que encontraron derrame de lixiviados (líquido que sale de la descomposición de la basura).

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Además, denunció que la empresa municipal quiere expropiar las tres hectáreas que todavía separan a relleno con la envasadora de gas de Petroecuador y de Duragas, para construir un nuevo cubeto emergente, pues no contarían con otro lugar para depositar los desechos.

Por su parte, Maricruz Hernández, gerenta de la Empresa Municipal de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs), señaló que con esta expropiación pretenden construir el cubeto 12, que es emergente, y que va a estar construido bajo las normas técnicas para la disposición segura de los lixiviados y el manejo del biogás que desprende la basura.

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También indicó que este lugar va a funcionar de transición, mientras se construye el cubeto 11, en la zona occidental del relleno.

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Este cubeto 11, dijo, está en el portal de Compras Públicas bajo el proceso contractual. Bajo su administración emitieron los estudios de ingeniería, pues la obra va a requerir una ingeniería grande, con un dique de contención, pues estará en la bajada a la quebrada. Su construcción costaría aproximadamente $ 4 millones. Se demoraría un año de construcción.

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Cabezas dijo que no existen informes que les garanticen que este nuevo cubeto no va a significar un riesgo para las empresas envasadoras del gas de la capital. Presumen que pueda existir derrame de lixiviados o contaminación de la zona.

Agregó que necesitarían que técnicos analicen los posibles riesgos de que se deposite la basura junto a las empresas dedicadas al gas licuado de petróleo.

Una jueza constitucional conoció el caso y habría resuelto que tiene que resolverse en instancias legales, no constitucionales. El representante de Duragas indicó que no se ha emitido una decisión a favor de alguno de los dos bandos.

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Desde la Emgirs emitieron un comunicado en el que aseguran que el fallo en primera instancia fue a su favor, y que en el caso de mantenerse iniciarían los estudios para la construcción del espacio.

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Por otro lado, si no se aprueba la expropiación, la gerenta de la empresa municipal enfatizó que generarían un daño a la ciudad, aunque sí han preparado una medida contingente, depositar la basura en los espacios que sobren disponibles. (I)