Bilal Bzih llegó a Guayaquil en 2006, sin intención alguna de quedarse, apenas se graduaba de ingeniero en hotelería y turismo, pero es un apasionado de los viajes y el conocer nuevas culturas. Sin embargo, la guerra entre su natal Líbano e Israel y el cierre repentino de los aeropuertos, lo vieron obligado a quedarse en el país.

Con 25 años, el joven libanés buscó empleo en una reconocida cadena de hoteles, pero el sueldo no era lo que buscaba, por lo que comenzó a trabajar en el local de shawarmas de su tío. En 2007, con un préstamo logró abrir su primer restaurante libanés “Shawarma del Camello” en la urbanización Puerto Azul, cuando esta todavía no se encontraba tan poblada.

“He visto pasar más de una generación en aquella zona de la ciudad, yo le tengo mucho cariño a esa comunidad”, resalta Bzih. En aquel entonces, no habían más de cuatro locales de comida en la zona, y la popularidad del shawarma estaba en auge, por lo que rápidamente se ganó el cariño de los moradores.

Publicidad

Él resalta que una de las mayores trabas que tuvo fue el idioma, el cual le costó aprender. Eso cambió cuando conoció a su esposa, quien es ecuatoriana, fue con ella que mejoró su fluidez y conocimiento del español. Ya tienen 4 hijos y una familia bicultural, a la que Bzih inculca los valores y costumbres del Líbano, así como el idioma, para que no se pierda su origen.

Bilal Bzih junto a su esposa. Foto: Cortesía

Él eligió para su local espacios alejados de donde se concentran otros negocios que expenden su mismo producto. La calle Guayacanes, en Urdesa Central, se ha convertido desde hace casi una década en la calle de los shawarmas.

Su negocio ha tenido sus altibajos, incluso tuvo que competir contra otros nuevos locales que llegaron a la zona, pero el Shawarma del Camello ha prosperado, tanto que ahora cuenta con un segundo local en Los Ceibos.

Publicidad

Dice que lo que más extraña es Zobkin, su pueblo, una zona verde y lejos de la capital que él describe como una comunidad sin peligro, con gente muy amable, por eso busca la forma de mantenerse en contacto con su cultura, y se reúne con amigos de la comunidad libanesa a fumar pipa y continuar sus costumbres. Incluso, hace algunos años pudo traer a su primo a Ecuador, quien ahora labora con él.

Comenta que también la ciudad ha motivado cambios respecto a la comida libanesa, sobre esto Bilal comenta que el shawarma originalmente solo lleva la proteína, ciertos vegetales y el pan pita, pero en Ecuador se han ido agregando ingredientes como las papas y embutidos. Además, comenta que solo se come con la salsa de ajo, aunque esta es mucho más fuerte y picante.

Publicidad

Bzih siente un gran aprecio por la comunidad guayaquileña que le abrió sus puertas cuando su país tuvo una fuerte crisis. “Me gustaría que algún día el Líbano se parezca a Ecuador, este país es un paraíso, solo hay que saber cuidarlo”. Él compara aquel país que ha sufrido ataques, bombardeos y pérdidas humanas, con Guayaquil, a la que ahora considera su hogar. (I)