La vía que conecta Quito con Papallacta (Napo) se encuentra parcialmente habilitada. La circulación vehicular es escasa y la arteria parecería que se convierte en un paso ‘fantasma’.
Ocho zonas con deslizamientos de tierra se contabilizan desde la capital hasta llegar al Gobierno Descentralizado de Papallacta (GAD), perteneciente al cantón Quijos, sin embargo, el problema es más grave en las vías que conectan más hacia el Oriente ecuatoriano.
Neblina, lluvia y pequeñas partículas de granizo cubren la zona.
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Fisuras en la montaña son visibles desde lo que queda de asfalto, porque en el momento menos pensado la tierra resuena y toda su ira se ve representada en fango, vegetación y escombros.
Los pocos autos, camiones o tráileres que abordan la vía tienen que sortear obstáculos, frenar para que pasen unos y seguir avanzando.
Al llegar al pueblo, puertas cerradas, negocios abandonados y pocos complejos de aguas termales atendiendo son parte de la situación que vive la provincia de Napo y sus alrededores.
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“Nuestros aliados estratégicos han sido la empresa privada, hemos desplegado un gran contingente de talento humano y maquinaria para dar abasto a las emergencias suscitadas, en la vía y en el valle de El Tambo, que es la emergencia más fuerte”, apuntó Luz Manitio, presidenta del Gobierno Parroquial de Papallacta.
La principal actividad de los sectores que conforman el cantón Quijos es el turismo.
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Al no tener presencia de visitantes en las vías, los moradores se ven obligados a buscar dónde producir y sobrevivir.
“También por salvaguardar la seguridad de sus vidas. Ayer (martes, 2 de julio) se suscitó un nuevo evento, adicional al de El Tambo, que no fue grave, pero asustó. Esto hizo que todos decidieran evacuar hasta Pifo y El Tablón”, aseguró la funcionaria.
Luz añadió que, de cierto modo, la salida de los moradores a otras parroquias o provincias es positiva porque pueden determinar más horas de trabajo en la vía.
El inconveniente está en que limpian una parte, pero en otra se genera un nuevo deslave.
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“Conocemos la realidad, a partir de junio, julio y agosto nos preparamos. Los aliados nos han ayudado a tener maquinaria en el sector, pero no es suficiente. Ahí esperamos la mano del Estado y que intervenga, porque en el sector de la Virgen de Pifo existen deslizamientos grandes, pero no reciben el apoyo del Estado”, apuntó Manitio.
El 10 de julio arranca segunda fase de construcción de intercambiador en la av. Mariana de Jesús
El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) con la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos ha desarrollado mesas técnicas de investigación para resolver los problemas que enfrenta la provincia en cuanto a las condiciones climáticas.
“Toda la provincia de Napo tiene problemas con las vías. Los deslizamientos no solo son en la vía Quito-Papallacta, sino de Papallacta hacia Cuyuja, Baeza, Tena, pero nosotros respondemos como gobierno parroquial en Pifo-Papallacta”, sostuvo.
La presidenta del GAD de Papallacta fue enfática en mencionar que se podrían prevenir este tipo de desastres naturales, debido a que es información pública que la época invernal en la provincia se concentra en junio, julio y agosto.
“Aquí nos cae nieve y para la montaña es otra cosa. El Ministerio de Obras Públicas debería dejarnos maquinaria pesada en cada lugar para poder intervenir y no cercarnos. Por ejemplo, Cuyuja está alejado de todo. Pedimos al Gobierno nacional que declare en emergencia a la provincia del Napo por el tema vial”, concluyó.
Actualmente, las autoridades trabajan en un levantamiento de catastros para saber exactamente los daños materiales que generó la emergencia.
Ante las recientes lluvias del miércoles 2 de julio, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos detalló que en Napo se reportaron 24 eventos adversos, concentrados en Quijos. El aluvión en Papallacta causó el fallecimiento de una persona y otra quedó herida.
Además, varios deslizamientos y socavamientos provocaron cierres parciales y totales en la vía Baeza-Papallacta.
La entidad detalló que hay coordinación interinstitucional con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Fuerzas Armadas, Policía, Bomberos y gobiernos autónomos descentralizados, para garantizar la seguridad y atención prioritaria a las familias afectadas. (I)