“Yo ya voté en el centro, pero acá en el Puerto está bien brava la cosa. Aquí han matado gente, por eso la seguridad está brava”, dijo Stalin Martínez mientras acompañaba a su madre a sufragar en uno de los recintos de la parroquia Puerto Bolívar, en Machala.

Este domingo, 13 de abril, la jornada de segunda vuelta electoral presidencial 2025 se vivió bajo estrictas medidas de seguridad en uno de los sectores más peligrosos de la provincia.

Desde muy temprano, el movimiento en los seis recintos electorales habilitados en Puerto Bolívar fue notorio.

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Cientos de votantes se toparon con registros corporales, revisión de mochilas, cerco de seguridad de 30 metros y hasta vallas metálicas. No había opción: el que llegaba debía someterse al filtro.

La parroquia, marcada por atentados explosivos y crímenes violentos en los últimos meses, fue catalogada como “zona de alto riesgo” por la Policía Nacional. Por ello, más de 360 efectivos de la Infantería de Marina y la Policía fueron desplegados para resguardar la zona durante la jornada.

Carlos Mendoza, otro votante, relató que ya había pasado por un recinto en Machala antes de llegar a la escuela 24 de Julio. “Aquí sí se sienten más nerviosos. Yo traje mi mochila porque me voy a trabajar, pero me la revisaron todita. Es por los muertos que han habido estos días”, dijo.

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Las restricciones fueron tan severas que incluso se prohibió el parqueo de carros y motos en un radio de 30 metros alrededor de los recintos. Todo estaba señalizado con cintas de seguridad y custodiado por uniformados, quienes no bajaron la guardia ni un segundo.

Karina Loayza fue otra de las ciudadanas que, pese a la lluvia, salió a cumplir con su deber cívico. Contó que notó a “tres militares en cada aula” dentro del recinto donde votó, y que hasta el paraguas le revisaron. “Yo tenía miedo, pero igual vine. Así como está la situación, mejor que esté lleno de militares”, mencionó.

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El ambiente tenso no impidió que la jornada se desarrolle con normalidad. Las autoridades recalcaron que estas medidas son preventivas y necesarias, sobre todo en lugares donde ya han sido blanco de bandas criminales que buscan sembrar el miedo.

Según el informe preliminar, no se reportaron incidentes mayores durante la mañana. Sin embargo, el control fue continuo durante todo el día, con patrullajes constantes en las calles aledañas a los recintos y vigilancia aérea intermitente.

Puerto Bolívar, que antes era conocido por su actividad pesquera y su mercado de mariscos, ahora carga con el estigma de ser tierra ‘caliente’ para la violencia. (I)