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En cerca de 400 comunidades de Manabí aún dependen de velas y mecheros por falta de alumbrado

En la Unidad de Negocios de la CNEL en Manabí se indica que se requieren de unos 20 millones para dotar de energía a sectores rurales.

Los Pedros, MANABÍ. A través de caballos algunas personas acceden a esta comunidad principalmente en la etapa invernal. Foto: Neptalí Palma

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Actualizado el 

Pichincha, MANABÍ

Caminar varios kilómetros para buscar comida, estudiar, sacar a enfermos en hamacas es común para los habitantes del caserío Los Pedros y otros colindantes de la parroquia Barraganete en el cantón Pichincha.

“Aquí ni el diablo quiere venir porque no encuentra nada”, dijo en broma uno de sus habitantes.

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Para llegar a este lugar que cuenta con más de 30 viviendas dispersas se debe emplear cerca de tres horas desde el centro del cantón Pichincha (vecino de El Empalme en Guayas), y utilizar vehículos para atravesar una parte de camino de tercer orden.

Además se debe andar 20 minutos de gabarra. En invierno toma hasta más de dos horas caminando entre tres montañas empinadas y un suelo arcilloso.

Los Pedros, como decenas de recintos o comunidades manabitas aún viven en tinieblas. No hay servicio de energía eléctrica. Los niños no ven dibujos animados, y mucho menos escuchan un equipo de sonido.

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Allí, a más de los alimentos, los más preciado son las velas y los envases o mecheros con diésel utilizados para iluminar algo en la tarde y parte de la noche.

Varios sectores de tres cantones manabitas se quedaron sin energía eléctrica la mañana de este martes 8

Ángel Mala señaló que cada noche en promedio utilizan cuatro velas para el instante que consumen la merienda, mientras lavan los platos utilizados, y hasta dejarlas que se consuman y luego dormir, acción que la cumple a las 20:00 de cada día.

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Cada vela, según Mala, tiene un precio de entre $ 0,70.

Jenny Parrales tiene 46 años, y señala que vivir sin luz “es feo”. Pero es solo una dificultad en su vida. Ella tiene una hija de tres años de edad con síndrome de Down que aún no obtiene un carné de discapacidad.

Hace pocos días hizo el periplo de tres horas hasta el centro del cantón Pichincha para buscar solución a ese problema. En el hospital de la localidad le dijeron que ese carné se lo daban en Portoviejo, ciudad que queda a tres horas en vehículo de Pichincha.

Ella viajó a Portoviejo solo para que allá en la capital manabita le dijeran que el carné se lo deben facilitar en Pichincha. Cerca de doce horas de viaje para que le digan que el documento que quiere su hija se lo pueden dar en una casa de salud que está a tres horas de distancia, pero donde tampoco le dieron respuesta.

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Miriam Mala es madre de ocho hijos, y reside en Río Vendido, una comunidad que en los años 90 hizo noticia tras la serie de asesinatos que se dieron entre varias familias.

Ella dice que el mayor peligro en ese sitio son las noches oscuras. Comenta que es como un “pecado” tener una dolencia en las noches porque el paciente podría morir en el camino ante la falta de un transporte vehicular.

Víctor Chila, director distrital de Educación del cantón Pichincha, indicó que son varias las comunidades de este cantón que no cuentan con energía eléctrica. Incluso los profesores que dan clases se quedan en esas zonas, y que los informes los entregan una vez por semana.

“Es difícil lo que viven las personas, ellos tienen que salpresar las carnes y el pescado para que les duren un día más. Quienes tienen teléfonos celulares caminan varios kilómetros para recargar las baterías, y luego al retornar a sus hogares deben buscar zonas altas y subirse a árboles para tener algo de señal”, aseveró el funcionario, quien agregó que en varias de esas comunidades se cerraron escuelas en gobiernos pasados.

Personeros de CNEL ya han ingresado a zonas boscosas a ubicar los hitos donde ubicarán los postes de fibra de vidrio que instalarán para tender los cables conductores de energía.

Colón Alcívar, coordinador general del Comité Unidad hace la Fuerza, colectivo que aglutina a unas 100 comunidades del norte de la parroquia Barraganete y parte del cantón Chone, indicó que solo en esta parroquia del cantón Pichincha hay casi 400 familias que no cuentan con energía eléctrica.

En medio de esas carencias el cacao es secado al sol, los jóvenes recolectan el café, las mandarinas y el plátano para luego sacarlos a lomo de caballo hacia sectores cercanos a Pichincha. Cada centavo es valioso, pues significa la razón de comprar o no las velas.

Días atrás, una delegación de la Gobernación de Manabí y la CNEL llegaron a este lugar. Las personas de Los Pedros, Río Vendido y Tres Puntas, localidades pertenecientes al cantón Pichincha no podían creer lo que semanas atrás les dijeron que antes de que finalice este año ellos podrían tener el servicio de energía eléctrica.

Apenas un funcionario de la Gobernación de Manabí elevó un drone, los más de doce niños que estuvieron en el instante de la llegada de funcionarios quedaron impávidos ante el sonido de ese equipo tecnológico y su funcionalidad.

Los ojos de esos niños siguieron al aparato similar a un pájaro hasta que cesó su actividad, su alegría era innata y con sus miradas daban la impresión que se preguntaban cómo así un aparato volaba.

“A algunos niños los hemos llevado a Chone y ahí pueden ir donde estos locales que tienen televisores y ver dibujos cuando pueden, pero ellos no tienen esa diversión que sí tienen niños de la ciudad”, dijo Parrales.

Más de 15 horas sin luz en poblados manabitas en inicio de año

El contraste de los niños de Los Pedros, en cambio, ya se vive en la comunidad de San Pedro, de la parroquia Cascol, del cantón Paján, al sur de Manabí. Ahí el mes pasado, la CNEL ya habilitó un tendido eléctrico para que decenas de familias de esa comunidad contaran con el servicio de energía eléctrica.

En medio de cultivos de maíz fueron levantados postes de energía eléctrica. Herlinda Cercado dijo sentirse con mucha alegría, porque ya siendo adulta mayor dejó las velas y ya ubicó focos y hasta ya cuenta con un televisor.

“He estado esperando por años para poder tener luz, ya tengo 65 años y yo quería por lo menos antes de que muera tener luz”, dijo lapidariamente Cercado.

Pero por qué no se ha ejecutado años atrás proyectos que permitan facilitar este servicio en comunidades. Para Juan Francisco Núñez, gobernador de Manabí, no ha existido antes una organización, planificación, voluntad y decisión política para llevar estos procesos en zonas cuyas viviendas están lejanas unas de otras.

“Estamos aquí cumpliendo pedidos que llevan hasta más de diez años en carpetas, y estas obras van a transformar la vida de estas personas, a quienes no solo observamos que carecen de energía eléctrica, sino de otras facilidades, por qué no, darles créditos e incluso mejorar la educación de los niños”, explicó Núñez.

Desde mediados de este año, la administración de la Unidad de Negocios de la CNEL en Manabí ha desplegado el trabajo de llevar energía eléctrica a 98 sectores rurales de varios cantones de esta provincia.

María Elena Montesdeoca señaló que para emplear estos programas se han destinado unos 4,7 millones de dólares que tiene origen recursos de créditos del Banco Interamericano de Desarrollo y recursos propios.

Pero hay nuevos pedidos, hay 400 sectores más que necesitan de ese servicio y que se encuentran analizando. Montesdeoca consideró que para cumplir con la misión de llegar a estos recintos que jamás han tenido energía eléctrica, se requieren de más de 20 millones de dólares.

“Estos trabajos se han hecho en Manabí, pero de forma más limitada, simplemente por cuestión de recursos. Las empresas eléctricas proponen todas estas necesidades y a nivel de corporación, de Gobierno central, de ministerios se asignan los recursos, entonces no ha habido tanto financiamiento y este año sí ha dado mucho apoyo a la electrificación rural que es un tema que como corporación se lo está priorizando a estos sectores que no tenían ese acceso”, señaló la funcionaria.

En medio de cifras y anuncios en Los Pedros esperan que antes de Navidad reciban ese regalo tan preciado como es la luz eléctrica. Quizás este 2022 sea el primer año en que los niños reciban la Nochebuena con luz. (I)

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