EPIQ, el edificio de múltiples miradores de Quito y que alberga más de 300 departamentos, se suma al paisaje capitalino

Los altos edificios han dibujado una nueva imagen estética alrededor del parque La Carolina, en el corazón comercial de Quito. Son varias las construcciones que su imponente forma vertical ofrece una nueva forma de convivencia en lugares que tienen como principal objetivo concentrar la densidad de personas en un solo edificio con todas las comodidades.

En la esquina de las calles Eloy Alfaro y República se ubica EPIQ, el último edificio que se mantiene en la recta final de acabados. Su forma permite un recorrido casi de 360 grados con miradores únicos de la capital creada por la empresa Uribe Schwarzkopf (US).

Joseph Schwarzkopf, gerente de US, señaló que este se ha convertido en el edificio más especial que han construido. Desde el 2017 se inició un camino de planificación con un equipo multidisciplinario. Años más tarde se creó el diseño por parte de la compañía danesa BIG, la misma que estuvo a cargo del edificio más alto de Quito, el IQON.

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Las ventas arrancaron en marzo de 2019, un año después, cuando ya se había iniciado la construcción del edificio, llegó la pandemia de coronavirus y se frenó su camino. Alrededor de ocho meses se perdieron, luego lograron reactivar el trabajo hasta lo que ahora se ha consolidado, una joya arquitectónica en la capital.

Tienen cerca de 70.000 metros cuadrados en área bruta y 40.000 en área útil de una torre dividida en tres segmentos, que están separados por zonas de área verde y de descanso. En total son 326 departamentos, 30 oficinas, 4 locales comerciales, 7 subsuelos, 25 pisos de altura, con un total de 32 pisos construidos.

Además, tiene tres parques dentro del edificio, dos terrazas, una de ellas cuenta con una piscina semiolímpica y áreas comunales. Área de bolos, cine, estudio de música, cancha de squash, sala de juegos, sauna, baño turco, hidromasaje, área de coworking, entre otros lugares de esparcimiento que los habitantes encontrarán dentro de las instalaciones.

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“Es un edificio que marcará la historia de la empresa porque ha sido difícil de construir por su tamaño. Los retos que nos ha tocado por la pandemia, pero creo que el efecto final es muy bueno”, expresó.

Todo lo que tiene este edificio cuenta con una explicación. Por ejemplo, Schwarzkopf resaltó el color de la fachada que fue inspirado en el tejado de las casas del centro histórico de Quito. “Entonces tienes la mezcla de un arquitecto hipercontemporáneo que trabaja muchísimo en el hormigón y los colores de nuestras tradiciones”, agregó.

La plazoleta de la planta baja tiene adoquines elaborados de manera similar a los de las calles del casco antiguo de la capital.

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Es el edificio más grande construido por la empresa hasta ahora, y se prevé que sería la construcción privada más grande de todo el país. Como el Batman característico del edificio IQON, este contará con una escultura especial.

Se trata del Copen-Llamen, la empresa decidió levantar un homenaje a la identidad y raíces a través de una escultura de dos llamas creadas por el artista ecuatoriano Danilo Zamora, que se ubicarán en la plazoleta principal del EPIQ.

“La escultura representa la esencia de los habitantes urbanos y actuales de la ciudad, que se entrelazan con las raíces culturales de nuestra región. Es una representación artística que genera un diálogo entre la historia, identidad y cultura con el mundo moderno”, informaron desde US.

La primera familia que se pasará a vivir lo hará esta semana. Hasta fin de año prevén que ya sean algunas las familias que se han mudado a este lugar. Así, el edificio con múltiples miradores llegó para establecer una nueva imagen del hipercentro de la capital. (I)