Javier López sabe que su día de trabajo será bueno. Ha llegado un crucero con más de 300 turistas a Manta y él debe estar atento para ofrecerles carreras y llevarlos a conocer la ciudad o lugares cercanos.

Javier parquea su taxi frente a la terminal de cruceros. Viste un jean sencillo, camisa blanca y encima un chaleco que lo identifica como taxista autorizado para llevar a los extranjeros. Es que cualquiera no puede hacer este trabajo.

En Manta hay 17 cooperativas de taxis, pero de cada una eligieron a un grupo de taxistas, en total 30, para que aprendan inglés y atiendan a los turistas. Ellos fueron capacitados por el Municipio y el Ministerio de Turismo.

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“Hello, my friend, ¿do you want to go to Montecristi? (Hola, mi amigo, ¿quiere ir a Montecristi?)”, les dice Javier a dos extranjeros que salen de la terminal de cruceros. Ellos le responden en un inglés fluido y rápido que Javier apenas logra descifrar, se le nota en el rostro. Inmediatamente se acerca uno de los traductores y hace de intérprete para que puedan cerrar el negocio.

Quieren ir a Montecristi, dice el traductor, y Javier responde con un “ok, my friends”. Inmediatamente, los dos extranjeros, una mujer y un hombre, se suben al auto y salen de la terminal de cruceros.

Javier López (izquierda), taxista, conversa con dos extranjeros con la ayuda del traductor Juan José López.

La mañana de ese sábado 16 de diciembre llegó el último crucero del año a Manta, sin embargo, apenas es el número 17 de la temporada que se inició en septiembre de este año y termina en julio del próximo.

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Esta ha sido una de las mejores temporadas de los últimos años, pues en total llegarán 34 cruceros a Manta, indica Roberto Salazar, presidente de Terminales Portuarios de Manta (TPM), entidad que administra el puerto de la ciudad y que recibe a los cruceros.

“Después de la pandemia, que se inició en el 2019, la llegada de estos buques disminuyó considerablemente; arribaban entre 18 y 22 por temporada. Esta vez terminaremos con 34, este incremento es una muestra de la reactivación turística internacional. Los barcos vuelven a llenarse”, expresa.

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Salazar dice que en la terminal de cruceros se arma una feria donde se recibe a los turistas y les ofrecen artesanías, artículos en tagua, paja toquilla, licores, dulces, entre otros. Además cuentan con traductores y personal muy calificado, como los taxistas que ofrecen sus servicios.

Resalta que cada vez llegan buques más grandes al puerto debido a que cuentan con muelles de gran calado y otros servicios que atraen a las operadoras.

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De acuerdo con un estudio que realizó el sector turístico de Manta, cada crucerista deja entre $ 200 y $ 220 en la ciudad. Este rubro lo gastan en transporte, traductores, comida, artesanías, etc.

Solo en las carreras, por ejemplo, un turista paga de $ 20 a $ 25 la hora si quiere hacer un tour por varios lugares de Manta y Montecristi. Otros solo cancelan los costos de una carrera a un lugar determinado, como el mercado de Playita Mía o el astillero, donde construyen barcos pesqueros.

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Juan José López es traductor en la terminal de cruceros. Él comenta que en cada barco llegan turistas de países como Estados Unidos, Rusia, Francia, China o Italia. La mayoría suele hablar inglés.

Juan José ayuda a los taxistas para que se comuniquen con los extranjeros. Cuenta que los choferes también usan la aplicación del Google traductor para hablar con los cruceristas.

“Ellos hablan y en la aplicación se traduce; o si no, me llaman y yo les hago el diálogo. Generalmente los turistas quieren saber qué tiempo hay para llegar a un sitio, qué pueden comprar o cuáles son los precios de determinados artículos.

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Ellos además piden viajar al bosque de Pacoche para conocer los monos, visitan centros comerciales, pero la mayoría quiere ir a Montecristi para ver el tejido del sombrero de paja toquilla.

Líder Anchundia es otro taxista que traslada a turistas. Él comenta que conoce lo básico del inglés, lo suficiente como para “defenderse”, señala.

Presume un poco y dice que tiene conversaciones un tanto fluidas con los “gringos”. Desde “How are you, my friend. I can take you to Montecristi (Cómo está, mi amigo. Yo le puedo llevar a Montecristi)” hasta la frase más común de despedida “Did you like Manta, my friend? Thank you very much for coming (¿Le gustó Manta, mi amigo? Muchas gracias por venir)”.

La pronunciación de Líder es regular, él lo acepta. Sin embargo, cree que lo ideal es que los extranjeros lo entiendan. Ya con eso tiene ganadas un par de carreras en el día. Con eso regresa feliz a su casa. (I)