En diciembre fue la única vez que Karina recibió una receta médica electrónica para retirar la medicina (insulina) que controla su diabetes en una farmacia privada. “Como no había en el hospital (de Monte Sinaí), le dieron un papel (prescripción) para ir a una Cruz Azul, pero le dieron incompleto, solo había una dosis. Le dijeron que debía regresar, pero como somos de Pedro Carbo nos sale más caro pagar flete ($ 40) para traerla, porque ella tiene que firmar. El resto las compramos en una distribuidora”, recuerda la sobrina de la paciente, de 70 años.