El guardia está de pie en la puerta de una escuela en el barrio Cuba, uno de los más peligrosos de Manta. Permanece uniformado, atento, vigilante. Abre y cierra la puerta del patio con precaución. Le pregunta a todo el que ingresa, a dónde va y si tiene cita. Si no, no pasa

El guardia, que pertenece a una empresa de seguridad privada, de esas que el Gobierno ha contratado para las escuelas, cuenta que su deber es cuidar a los niños, maestros y padres de familia.

“Nosotros nos hemos preparado para esto”, dice con total seguridad, con ímpetu. Comenta que si se forma una balacera lo primero que deben hacer es cerrar las puertas y eso sí, del lugar nadie sale y nadie entra.

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¿Y tiene arma para defenderse?

“No, esta semana ya nos han de llegar, así nos dijeron”, contesta el guardia, sin dar nombres, porque después lo multan. El hombre es voluntad pura.

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En el barrio Cuba, ubicado en la parroquia Eloy Alfaro, han ocurrido al menos 30 de los 112 asesinatos que se han registrado en Manta en lo que va del año. Esta zona es, por estos días, un sitio con altos niveles de violencia, según la Policía.

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En este año la guerra entre bandas ha dejado en esta parroquia al menos cinco matanzas; es decir, ataques donde llegan los sicarios y disparan contra todos; con tres a cinco víctimas en cada evento.

En el sitio las balaceras son frecuentes y eso les preocupa a los padres. “No hay día en que no digan que hay disparos al aire o balaceras. Uno está tranquila en casa y de pronto ya están las noticias de que mataron a uno. Nadie sabe cuándo llegan a dispararle a alguien y un niño puede salir herido”, indica Karina, madre de familia, a su lado su niño de cinco años no le suelta la mano.

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Karina cuenta que viven con temor por la inseguridad. Es por eso que este año ha decidido que su hijo irá acompañado a la escuela. Ella lo llevará hasta la puerta y luego regresará a recogerlo. En ningún momento piensa dejarlo solo.

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Son las 11:00 y en los exteriores de la escuela Carlos Pólit Ortiz, los padres han acudido a retirar a sus hijos. Nadie se queda por allí. Lo más seguro, dicen ellos, es tomarlos de la mano y marcharse. Eliana cuenta que eso de las balaceras es algo que no la deja dormir. El año pasado tuvo que ir a retirar a su hijo de la escuela de manera urgente, porque la profesora llamó asustada diciendo que había ocurrido una balacera en una calle cercana.

Eliana acudió y se encontró en el camino con otras madres que apenas podían hablar de la desesperación. “Nosotras sacamos a nuestros hijos y nos fuimos de allí”, expresa Eliana y recuerda que, en ese entonces, había mucho miedo. Actualmente, la situación no ha cambiado mucho.

Este año Eliana decidió cambiar a su niño de plantel. Lo ha matriculado en la escuela Carlos Polit Ortiz y tiene sus razones: le queda cerca del trabajo, más cerca de su casa, pero sobre todo no quiere que su niño vaya solo a la escuela. “Eso en estos días es muy peligroso”, agrega.

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En el barrio 15 de Abril, ubicado en la misma parroquia Eloy Alfaro, se encuentra otra escuela José María Santana.

Los padres de familia de este plantel se han organizado para, en grupos, ir a dejar a sus hijos y así mismo traerlos.

María Vélez cuenta que hacen aquello porque más de los días hay balaceras, algo que antes no se veía. “Vamos en grupo y venimos en grupo, eso hacemos para proteger a nuestros hijos, no hay otra manera”, señala.

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María tiene dos niños, uno de cuatro y otro de siete años. Dice que si ella no los puede recoger, envía a su hermano para que los traiga, pero jamás pueden ir solos. “No solo soy yo, hay otras madres que han hecho lo mismo, hasta con los niños de octavo año”, expresa.

Yadira, otra madre de familia, comenta que en las mismas escuelas les han dicho que deben estar atentos con los niños, que no hay que descuidarse, ni hacerlos esperar mucho en las salidas.

Se conoció que en Manta al menos 68 centros educativos, entre escuelas y colegios, cuentan con guardias de seguridad. La ciudad tiene 320 planteles. Se buscó la versión de la Coordinación Zonal de Educación para ampliar este tema, pero no hubo respuesta.

A la vigilancia de los guardias privados se suma también la de los agentes de tránsito, policías y personal del Municipio.

Xavier Briones, coordinador de Control Territorial del Municipio de Manta, señaló que al menos 50 planteles, con mayor cantidad de alumnos, cuentan con vigilancia de agentes de tránsito y personal policial.

“Ellos ante cualquier situación anómala se comunican a través de radio con el ECU-911. Adicionalmente, hay rondas en varias instituciones por circuitos”, detalla.

Briones considera importante este trabajo para garantizar la seguridad de los padres y sus hijos, especialmente en los sitios como la parroquia Eloy Alfaro, donde hay planteles con mayor dinámica de movilidad vehicular y peatonal. (I)