Quevedo, LOS RÍOS

A sus 8 años, Matheo Velásquez Grijalva era un niño creyente en Dios y siempre le recordaba a su padre, Huber, que debían ir a una iglesia evangélica ubicada en el sector Baldramina, donde habitaba.

“Me buscaba la Biblia y pedía que vayamos a la iglesia, a orar por nosotros, por nuestra familia, para tener mejores días”, recuerda Huber mientras sollozante narra cómo su niño murió al caerle una puerta metálica de más de tres metros de altura.

Publicidad

La tragedia ocurrió la tarde del viernes anterior en la entrada del cementerio municipal Baldramina, ubicado en la parroquia San Cristóbal, cantón Quevedo, en la provincia de Los Ríos.

En el momento del suceso, el menor se arrimó a la puerta de hierro y esta le cayó encima y le terminó aplastando.

A pocos metros, su tía Jessenia Velásquez y otros familiares permanecían tapando los huecos con tierra de la carretera principal para a cambio ganarse unos centavos que les regalaban los conductores que transitan por el sector.

Publicidad

‘Ese día yo era la sexta víctima de secuestro’: el testimonio de Cristhian M., fiscal de flagrancia que fue víctima de este delito en Quevedo

El esfuerzo de su tía Jessenia, junto con otros parientes y vecinos que se unieron para alzar la puerta y rescatar el cuerpo del niño, no fue suficiente. Pese a que lo trasladaron al hospital público, el menor falleció.

Ante la tragedia, el alcalde de Quevedo, en una publicación hecha en redes sociales, dijo: “Estamos ya en contacto con la familia, qué dolor más grande, por Dios. Su madrecita puede contar conmigo en todo lo que se necesite”.

Publicidad

La muerte de Matheo Jesús Velásquez ha causado dolor e indignación entre sus familiares y la comunidad quevedeña-

Horas antes del pronunciamiento del alcalde, los familiares del menor pedían ayuda para poder sepultarlo. Debido a la falta de recursos económicos, indicaron que no tenían dinero para costear los 700 dólares para el funeral y además no contaban con una bóveda.

“Han venido representantes del Municipio, nos donaron la bóveda y ofrecieron darnos 300 dólares para los gastos del funeral”, dijo Jessenia, tía del pequeño.

Y añadió que otro de los ofrecimientos que le hicieron fue entregarles un terreno y la construcción de una vivienda del Miduvi debido a que en una pequeña habitación habitan los padres del menor fallecido y sus tres hermanos.

“Agradezco la ayuda que me están dando, aunque nada va a calmar el dolor que estamos sintiendo por la muerte de mi hijo. Ese día mi esposa fue a tapar los huecos de la carretera para ayudarme en el sustento de la casa, yo trabajo tres días a la semana en la mancha, me pagan de 10 a 12 dólares diarios y eso no me alcanza para solventar las necesidades que tengo en mi hogar”, contó entre lágrimas Huber Velásquez mientras acariciaba la Biblia que solía leer junto con su niño.

Publicidad

Niño de 8 años muere al ser aplastado por una puerta metálica del cementerio municipal de Quevedo

“Si uno supiera lo que va a pasar, retrocediera el tiempo, nadie sabe la necesidad de las personas y por necesidad fue que mi esposa y hermana estaban rellenando los baches”, finalizó el hombre que el mediodía de este domingo le dio el último adiós a su hijo en el mismo cementerio que lo llevó a la muerte. (I)