El Centro Piloto de Aprovechamiento de Escombros en Pifo, Quito, ya transformó más de 7.000 metros cúbicos de desechos de la construcción, volumen que equivale a llenar casi tres piscinas olímpicas.
Durante julio, la planta recibió 532 vehículos con desechos de construcción, lo que representa un promedio de 19 camiones al día. Cada jornada ingresaron alrededor de 154 metros cúbicos de material, cantidad equivalente al cargamento de 60 volquetas medianas.
Estas cifras evidencian que cada vez más constructores optan por entregar sus residuos en espacios autorizados, con un manejo seguro y controlado. El proyecto cuenta con la participación de Holcim Ecuador.
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Los restos de concreto son transformados en agregados reciclados de alta calidad, lo que permite reducir en un 10 % la extracción de materiales vírgenes y promueve prácticas de construcción más sostenibles.
Entre sus principales objetivos está prolongar la vida útil de las escombreras, disminuir las emisiones de CO2 y consolidar en el país un modelo de economía circular aplicado a la construcción.
De esta manera, Quito se alinea con iniciativas internacionales de ciudades como Barcelona y Bogotá, que ya aplican sistemas similares. (I)