Unos 20 policías con implementos de seguridad se ubicaron en una esquina de una de las calles del lote A3-6 de Calderón, norte de Quito. Es un conjunto de terrenos que tiene problemas de regularización, invasiones, inseguridad y falta de acceso a obras públicas.
Los efectivos policiales evitaban que moradores del sector se acercaran a tres predios que habían sido demolidos y quienes los ocupaban desalojados en un operativo municipal y policial.
Uno de los moradores que estaban detrás del despliegue policial contó que ese barrio está habitado por personas que llegaron del valle del Chota, Imbabura.
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Algunos, molestos, se dirigían en forma despectiva y agresiva a la Policía y a medios de comunicación.
“Somos gente pobre que no tenemos nada”, dijo una mujer cubierta el rostro. Agregó que en el sector viven más de ocho años.
Una chica con una gorra blanca mencionó que a quienes los desalojaron nunca les notificaron, que vendían en un quiosco fresas y eran peluqueros. Además, que tenían medidores de luz y agua.
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El mayor de Policía Luis Dueñas, oficial del distrito Calderón, sostuvo que, en el operativo, no hubo novedades. Tampoco hubo detenidos. Acerca de cómo es la zona, mencionó que se ha presentado venta y consumo de droga.
Carolina Andrade, secretaria de Seguridad del Municipio de Quito, indicó que es la sexta intervención que se ejecutó en ese lote, que es considerado crítico porque históricamente ha sido invadido.
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La funcionaria mencionó que con orden judicial se hizo una intervención en tres sitios y además se ha levantado información, pues hay denuncias de tráfico de drogas y porte de armas de fuego.
Andrade señaló que no hubo altercados aunque al inicio hubo un pequeño malestar por parte de la comunidad, pero se explicó el procedimiento judicial.
Mencionó que en total hubo 600 efectivos municipales, policiales y de Fuerzas Armadas.
En dos de los tres predios -agregó la funcionaria- había presencia de personas por lo que se coordinó con el Patronato Municipal.
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El procedimiento incluyó una notificación, se hizo el desalojo de quienes ocupaban la vivienda y de sus enseres. Después se procedió al derrocamiento y se hacían trabajos para colocar un cerramiento.
Andrade sostuvo que había predios privados que han sido invadidos con construcciones consolidadas que pasan a un proceso judicial, también áreas verdes ocupadas de manera ilegal donde hay intervención municipal y policial mediante desalojo, y se ha logrado que personas que quieran adquirir de manera legal lo hagan con títulos de propiedad.
Al ser la sexta intervención, el cabildo estima que hay entre diez y quince lotes que han sido recuperados.
A una cuadra de donde se hizo el operativo, una moradora indicó que las invasiones datan de hace cinco años y que a raíz de eso el barrio, que era tranquilo, se dañó. Contó que es complicado quedarse hasta muy noche, pues hay robos y drogas.
David Paz, administrador zonal de Calderón del Municipio de Quito, comentó que el operativo fue para desalojar a personas que no eran propietarias de los lotes.
Históricamente estos predios fueron adjudicados desde 1994 hasta 2016 cuando pasaron a manos del Municipio. En otros casos hubo ventas ilegales, agregó.
Según Paz, el lote tiene 850 predios en proceso de regularización y unas 200 personas viven ilegalmente y sus procesos legales están en marcha.
Recordó que en el mismo sector hubo otro operativo en octubre pasado: “A una persona le rellenaron una quebrada y le vendieron por $ 20.000, el estafador vivía al lado”, dijo.
Algunos de los moradores, molestos por el desalojo, identificaron a una mujer de nombre Marilyn como la que les vendió los lotes, pero mencionaron que supuestamente fueron estafados. Además, que su modo de actuar es la de volver a vender a otros los lotes.
Otro vecino expresó que estaban haciendo papeles, pero no avanzaban.
Paz sostuvo que detrás de esas ilegalidades no solo existen personas sino empresas que tienen incluso oficinas. Recomendó que haya prevención en los ciudadanos para que no se dejen engañar.
El resultado de lo que llamó asentamientos no regularizados es que hay problemas de inseguridad. (I)