La mañana del 11 de julio, pero de 1983, un hecho nefasto enlutaba la mañana de miles de ecuatorianos. Un avión de la compañía TAME que cubría la ruta Quito-Cuenca se accidentó y dejó consigo 119 fallecidos, es considerado uno de los siniestros más graves en la historia de Ecuador.

“Un avión Boeing 737 de la compañía TAME (Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos) se accidentó ayer un minuto antes de tomar la pista en el aeropuerto General Lamar de esta ciudad , muriendo sus 118 ocupantes, 6 de ellos tripulantes”, de esta manera Diario EL UNIVERSO reseñaba en sus páginas a la mañana siguiente del suceso y acompañada de una fotografía en su primera plana de la zona del accidente.

Junto al presidente Jaime Roldós y su esposa Martha Bucaram, otras ocho personas perdieron la vida hace 42 años

El vuelo había partido a las 07:00 desde el aeropuerto Mariscal Sucre y todo era normal hasta que estuvo cerca de Cuenca, cuando personal del aeropuerto observaba que el avión venía bajando para tomar pista y luego se escuchó un estallido a la altura del sitio El Tablón, en las inmediaciones de Ricaurte. Murieron los 111 pasajeros y 8 tripulantes.

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Finalmente se estableció como sitio del percance a la colina de Bashún, a 5 kilómetros de Ricaurte y a un minuto de vuelo de la cabecera norte de la pista del aeropuerto. “En estos sitios solamente se encuentran restos esparcidos del avión siniestrado, efectos personales de la víctima; hierros retorcidos, humeantes y negros de la aeronave”, se reseñó en días posteriores.

Dentro de las posibles causas de este percance se señalaba que el avión habría sacado el tren de aterrizaje y que este pudo haber chocado con la parte alta de una torre de control visual situada entre Ricaurte y Solano y que además el piloto de la nave por efectos de la neblina no distinguió el obstáculo, lo que ocasionó la colisión y explosión. Los informes finales determinaron que los pilotos habían pedido autorización para aterrizar y que se lo concedió aunque se les pidió que subieran a 2.000 metros. Sin embargo, ellos trataron de hacer aproximación visual con la pista y debido a la neblina no lograron observar el terreno, aunque trataron de evitar la colisión cuando sonó el sistema de alarma. La cola del avión chocó contra la montaña y se deslizó por un barranco hasta explotar.

El avión que se accidentó había llegado al país en abril de 1981 y del vuelo inaugural había participado el entonces presidente Jaime Roldós Aguilera, quien falleció un mes después en otro accidente aéreo.

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Se conoció que varios pasajeros previo al viaje cedieron sus puestos a otros, incluso el entonces gobernador de Azuay, Juan Cordero Íñiguez, había perdido el vuelo tras quedarse dormido en un hotel de Quito.

‘Amarramos dos líneas de vida para arrastrar el cuerpo por si uno de los dos fallecía’, dice Alberto Andrade al narrar cómo él y un piloto sobrevivieron a una emergencia aérea en Galápagos

Entre los pasajeros constaban trabajadores del proyecto Paute, así como ciudadanos extranjeros de Colombia, Estados Unidos, Bélgica, Inglaterra, Hungría e Italia.

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Con ese percance, el número de fallecidos en Cuenca por accidentes aviatorios desde agosto de 1976 subía a 292. Se recordó que en ese año había desaparecido un vuelo de la compañía Saeta que cubría la ruta Quito-Cuenca y tenía 36 personas a bordo. (I)