En Manabí hay un contraste que preocupa. Sus cantones están en alerta por las inundaciones, pero a la vez hay un grave desabastecimiento de agua potable. Cantones como Sucre y San Vicente llevan un mes sin recibir el líquido.
Hay varias razones detrás de este problema, según las autoridades. Una de esta son los altos niveles de turbiedad en las zonas de captación y otra causa son los daños en las tuberías y en las plantas de potabilización de agua generados por las inundaciones.
Daniel Ferrín, gerente general de la empresa mancomunada de agua que abastece a Tosagua, Junín, Bolívar, Sucre y San Vicente, manifestó que hasta inicios de febrero de este año no tenían ningún problema en la potabilización y distribución de agua. Pero desde el 15 de febrero, cuando empezaron las lluvias fuertes, se iniciaron los inconvenientes.
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A partir de esa fecha aumentaron los niveles de turbiedad, lo que obligó a paralizar la planta que tiene 60 años construida. El agua es captada en el río Carrizal, que recibe agua de la represa La Esperanza; el líquido viene con lechuguines, lo que complica aún más el trabajo.
“Lo poco que teníamos de agua se lo podía impulsar a cantones cercanos de manera intermitente, pero Sucre y San Vicente, que están a la cola del servicio, a lo último, no tienen agua desde hace un mes. Allá es más complejo porque para que el agua les llegue necesitamos 48 horas seguidas de bombeo, pero con la turbiedad del río apenas tenemos cuatro o cinco horas”, explicó.
A esto se suman los deslizamientos de tierra en la planta de agua que han desacoplado tuberías. También, el tanque de la Atravesada, que sirve para enviarle agua a Sucre y San Vicente, ha presentado fallas geológicas en su superficie.
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Ferrín dijo que están realizando gestiones con alcaldes, Prefectura y el Gobierno para que les ayuden por la situación emergente que están atravesando.
“La situación es súper grave, el último año había daños en las líneas de conducción que se reparaban, pero acá la captación del agua está complicada”, expresó.
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Las autoridades de los cantones mandan sus tanqueros para que lleven agua. En San Vicente están consumiendo agua de pozo.
La planta normalmente debería producir 32.000 metros cúbicos (m3) al día, pero ahora solo está generando 13.000 m3.
Carlos Mendoza, alcalde de Sucre, dijo que llevan un mes sin agua potable. La población está siendo abastecida a través de tanqueros que envía el mismo Municipio.
En zonas como Charapotó y otros sectores rurales, los habitantes han optado por captar el agua lluvia para usarla en sus viviendas.
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En sectores como Leonidas Plaza, los moradores reclaman en redes sociales por el agua y piden a las autoridades dar una solución al problema.
Mientras que en Bolívar atraviesan por un problema similar. Lady Laura Muñoz, alcaldesa del cantón, manifestó que tienen problemas en el abastecimiento de agua potable, ya que dependen totalmente de la planta de la mancomunidad.
“Por ejemplo, hoy (jueves) no tenemos agua debido a la turbiedad en la captación y lo poco que hay lo tienen que distribuir para los cinco cantones. Es por eso que estamos por construir nuestra propia planta”, indicó.
Señaló que el pasado 10 de marzo, el Banco Europeo de Inversiones inició la licitación para contratar la construcción de la planta de agua para Bolívar que procesará 7.000 m3 al día. El proceso de construcción durará 23 meses.
La obra estará en la represa La Esperanza y beneficiará a más de 30.000 personas. Su costo es de alrededor de $ 7,8 millones.
En Manta, la distribución de agua también es intermitente debido a los problemas que existen para potabilizar el agua del río Portoviejo.
Además, este jueves, debido a las fuertes lluvias, se desacopló una tubería que lleva el agua hacia la parroquia Manta. Esto obligó a paralizar el bombeo para que personal técnico pueda reparar el daño, señaló Erick Rodríguez, gerente técnico de la Empresa Pública Aguas Manta.
En Portoviejo sucede algo similar. Los altos niveles de turbiedad y afectaciones en la captación de agua potable obligan a parar la potabilización. El cantón ha implementado un plan de abastecimiento sectorizado.
Puerto López y Santa Ana tuvieron a inicios de este mes que paralizar la potabilización de agua, ya que sus plantas se inundaron con el desbordamiento de ríos. (I)