Bolívar Cáceres, Luis Maisincho y Wilmer Guachamín escalan cada mes el glaciar 15 Antisana, ubicado en el Parque Nacional Antisana en la provincia de Napo. Ellos son tres científicos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) que están a cargo de la estación meteorológica más alta del Ecuador, instalada a 4.900 metros de altura en el nevado.

Consiste en el programa Glaciares, implementado desde los años 90 en Ecuador por el Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD) en colaboración con el Inamhi. Desde sus inicios, el proyecto se centró en estudiar los glaciares como un punto de referencia para entender el cambio climático con evidencia científica.

Los glaciares responden a cambios climáticos, perdiendo su masa, su espesor y retrocediendo. Son una evidencia clara de que el cambio climático no es un mito, sino una realidad”, asegura Cáceres, responsable del programa desde el año 2000, a EL UNIVERSO.

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Maisincho, miembro del equipo desde 1997, coincide en que los glaciares son indicadores sensibles del cambio climático, y “pueden considerarse como estaciones meteorológicas complejas porque registran y responden a cualquier cambio en la atmósfera”.

El equipo del Inamhi-IRD escala el glaciar Antisana. Foto: Nicolás Riofrío / IRD

A propósito del aniversario 50 de cooperación científica del IRD en Ecuador, la entidad publicó un microdocumental producido por el cinematógrafo quiteño Nicolás Riofrío, sobre la labor del equipo que se dedica a extraer la información del glaciar.

“Propagar y canalizar la información científica a través del arte, la fotografía, es crucial “, expresa Riofrío.

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Cómo trabaja el equipo científico en la estación meteorológica más alta del país

El observatorio GlacioClim, ubicado a 4.900 metros de altura, es donde los científicos miden condiciones como los niveles de precipitación o temperatura.

Durante las expediciones, cada miembro del equipo del Inamhi-IRD trabaja en un área del glaciar. Bolívar Cáceres se concentra en una red de estacas plásticas colocadas sobre el glaciar, para medir la cantidad de precipitación y así establecer la cantidad de nieve o hielo que se pierde mensualmente en el Antisana.

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GlacioClim, la estación meteorológica en el glaciar Antisana. Foto: Nicolás Riofrío / IRD

Luis Maisincho, en cambio, se especializa en el cálculo del balance de energía en la interfaz glaciar-atmósfera, usando variables meteorológicas que dan a conocer la cantidad de energía que se necesita para derretir o congelar un volumen de nieve.

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Mientras, la responsabilidad de Wilmer Guachamín es levantar información de campo en relación con la acumulación o ablación del glaciar, además de brindar mantenimiento correctivo y preventivo de la estaca automática, y levantamiento de los totalizadores de precipitación en el páramo.

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El nevado Antisana tiene una cobertura glaciar de 12 kilómetros cuadrados, distribuidos en 17 lenguas glaciares, explica Maisincho. Pero este importante glaciar retrocede en promedio entre 20 y 25 metros por año, y en las últimas dos décadas su temperatura ha aumentado y su precipitación disminuido.

En los últimos 50 años el Ecuador perdió alrededor del 52 % de su cobertura glaciar, señala el experto.

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Lo que evidencia el estudio del glaciar es que este no es un fenómeno únicamente local.

“El clima a nivel del globo terrestre ha cambiado en los últimos 200 años por la actividad humana”, advierte Cáceres. “Se espera, de acuerdo a los estudios que se han realizado, que la temperatura en el planeta aumente entre 1 y 2 grados para finales de este siglo”.

Glaciar Antisana, donde está ubicada la estación meteorológica más alta del Ecuador. Foto: Nicolás Riofrío / IRD

Al científico le parece que es algo utópico, pero él está a la expectativa de que los países y los ciudadanos se den cuenta de las afectaciones climáticas y que tomen medidas para contrarrestarlas.

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Se necesitan más recursos económicos para investigar el cambio climático

La falta de presupuesto destinado a estudiar el clima es uno de los mayores desafíos que enfrentan los investigadores y científicos. Es una realidad de la cual no se escapa Ecuador.

En el país hay una “falta de generación de información meteorológica e hidrológica adecuada y robusta”, considera Guachamín.

“Desde el gobierno central no se destinan fondos económicos suficientes para operar mediante mantenimientos preventivos y correctivos una red de estaciones tanto meteorológicas e hidrológicas”, reclama.

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Su sentimiento es compartido por Cáceres, quien destaca la importancia de la colaboración con el IRD, que apoya económicamente con la logística de las expediciones del equipo del Inamhi.

Asimismo, para los científicos se desprende una necesidad de compartir sus descubrimientos y advertirle al mundo de la urgencia de tomar medidas para frenar el cambio climático.

Según Cáceres, el microdocumental realizado por el IRD expone la evidencia recopilada por el equipo “para mostrar que el calentamiento climático es una realidad y que nos afecta a todos”.

(I)