“Recarga tu celular para que te inscribas y cobres”, voceaba una comerciante mientras caminaba entre más de un centenar de personas que esperaban su turno, de pie y sentadas en unas gradas o en la acera, en los exteriores de un local ubicado en la calle Panamá, entre Tomás Martínez e Imbabura, centro de Guayaquil.

El reloj marcaba el mediodía del 29 de julio y seguían sumándose personas. Solos, en parejas, en grupos de amigos, familias y hasta visitantes de una comunidad de Morona Santiago llegaron para recibir un supuesto ‘bono social’ de una empresa extranjera. ¿Cómo es?, ¿qué tengo que hacer?, ¿me pagan solo una vez o es mensual? eran algunas de las preguntas frecuentes que se hacían entre los asistentes.

“Una vecina de Trinidad de Dios (sector de Monte Sinaí) me dijo que venga, que me inscriba para poder recibir una platita, pero no sé bien cómo es la cosa”, comentó Beatriz, una adulta mayor que caminaba con dificultad, apoyada de un bastón y del brazo de su hijo, quien accedió a pagar $ 2 a un comerciante que ofrecía su ‘ayuda’ para descargar la aplicación y explicarles el paso a paso para recibir una compensación en criptomonedas (dinero digital) que, 24 horas después, podían canjear en ‘casas de cambio’ por dinero en efectivo.

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World ID: ‘Desarrollamos esta solución para diferenciar entre humanos y bots en línea’

Pero ¿qué debe hacer mi mamá?, preguntó. “Se inscribe en la aplicación (World App), le dan una cita para el día siguiente, viene y se presenta, le toman una foto a los ojos y, luego, le envían un código y ya puede ver reflejadas las criptomonedas (en la aplicación). Con eso, al día siguiente, puede cambiarlo por dinero en efectivo”, le contestó el joven, quien desde hace más de un mes -asegura- ha ‘orientado’ e inscrito a decenas de personas cada día para que se unan a la ‘comunidad de humanos’ de Worldcoin.

Worldcoin, como se llama el local céntrico y la criptomoneda (WLD), es una herramienta tecnológica creada hace más de tres años como una “solución para diferenciar entre humanos y bots en línea”, según Martín Mazza, gerente regional para América Latina de Tools for Humanity (TFH). Esta compañía es la desarrolladora del proyecto y empezó a operar en el país con sus locales Worldcoin desde el 26 de junio.

“Worldcoin es una red financiera pública y de identidad digital diseñada para estar al alcance de todas las personas, sin importar el país donde vivan, sus antecedentes o su situación económica. La identidad digital de Worldcoin (World ID) es un pasaporte nuevo y electrónico que ayuda a las personas a verificar en línea que son seres humanos y únicos sin revelar su identidad”, se detalla en la página web de esta organización.

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Mientras, en un comunicado de prensa, entregado ayer por un colaborador que no aceptó una entrevista con este Diario, se menciona que la necesidad de esta herramienta surgió porque “los robots y la IA ya son capaces de generar captchas y suplantar la identidad de humanos en entornos en línea”.

Esta es una de las invitaciones que le llegaron a un usuario de Macas, Morona Santiago, que viajó a Guayaquil para recibir el supuesto 'bono'.

En ese escrito se indica, también, que buscan “cumplir plenamente todas las leyes y normativas que rigen la recopilación y transferencia de datos biométricos” y que “nunca recopila datos biométricos de ningún usuario sin su consentimiento explícito”.

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Los usuarios que completaron el proceso y les han verificado que son humanos a través del escaneo del iris -que tiene patrones únicos y permite una identificación biométrica- en un dispositivo con forma de esfera (llamado Orb) coinciden en que no les hicieron firmar ningún documento ni entregaron ningún dato personal. Solo dan su número celular a la persona que les ‘ayuda’ a descargar la aplicación, en donde le pedían ‘aceptar’ condiciones que desconocen.

“Le instalan (la aplicación) y le aceptan un poco de cosas (...), no entiendo de esto, me da hasta miedito, porque de dónde sale la plata”, comentó José, un albañil desempleado que llegó con su esposa, cuñada y su suegra desde el sector de San Francisco 2 para recibir el ‘bono’. “Es plata, en algo a uno le ayuda, para el país que estamos algo es algo”, añade su esposa, quien al terminar el proceso revisó la aplicación en su celular y estaban acreditadas 13 criptomonedas valoradas en $ 29,50. Ese monto podía subir o bajar, dependiendo el precio de la moneda digital, y lo podía cambiar en 24 horas o acumularlos.

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Aunque al momento de hacer el canje en ‘casas de cambio’, una de ellas ubicada a menos de una cuadra del local, no les cancelan la totalidad. En promedio les descuentan $ 5 por la operación. “Me debían pagar $ 29,50, pero me pagaron $ 24,50, ellos se quedaron con el resto por el trámite”, se quejó Alexandra ante un joven que entregaba volantes con el croquis del sitio donde pueden ‘efectivizar tus worldcoins’. “Debe entender que a nosotros nos cuesta convertir eso en dólares”, le contestó y le explicó que con ese proceso “ninguna inteligencia artificial u otra persona se va a poder hacer pasar por usted (...), usted va a necesitar de esos servicios, del sistema de seguridad de Worldcoin, eso es lo que está haciendo Worldcoin, recopilando datos para luego venderle su seguridad al mundo y a nosotros como usuarios tenernos más seguros. Eso es lo que quiere hacer, protegernos”.

-Pero ¿por qué regalan plata?

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-No dan plata, regalan criptomonedas. Nosotros como cambistas nos sirve comprar esas criptomonedas y le damos el efectivo.

-¿Y para qué usan las criptomonedas?

- Para transacciones internacionales, para enviar dinero a otros países de forma inmediata sin pasar por un banco. Las criptomonedas se hicieron para eso, para que usted no dependa de un banco.

Con esa explicación, Alexandra no quedó convencida. “Me queda la duda, porque nadie da plata así por así, pero necesitaba esta ayuda y por eso cobré”, dijo la moradora del centro de la ciudad, quien invitó a su vecino Alfredo y a su amiga Jammy, residente de Durán, para ser parte de esta comunidad, que ellos describen que se asemeja a una ‘pirámide’, porque cada uno de ellos puede invitar hasta diez personas y, a cambio, puede recibir unas tres criptomonedas (valoradas en $ 6,93) o más por cada uno. Eso le explicaron en una breve charla en las oficinas de Worldcoin.

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“Has recibido una invitación a Worldcoin, verifica tu cuenta antes del 29 de julio para canjear al menos 60 WLD (actualmente valorados en $ 139,69) durante los próximos 12 meses”. Ese mensaje les llegó a Silvio Naranza y a sus 192 socios de la asociación de excombatientes del Cenepa de Morona Santiago al abrir el link que les había enviado un abogado guayaquileño al presidente de la asociación y a ellos. Aunque la explicación que le dieron era escueta, supuestamente una empresa extranjera les entregaría un bono de ayuda social por $ 145, sin más detalles.

Casi a ciegas, los 192 excombatientes alquilaron buses -a un costo de $ 30 cada uno- para trasladarse de Macas a esta ciudad. “Ha sido una farsa, nos dijeron que nos iban a dar un bono de $ 154, pero en el transcurso del viaje revisamos el link que nos enviaron y fue bajando a $ 145 y luego a $ 139. Al llegar, aquí nos dicen que debemos instalar la aplicación, pero en algunos casos , como en el mío, me dicen que no se puede porque mi teléfono es viejo, que debo comprar otro; y los que sí pueden instalar les pagarían como máximo $ 60, pero ni siquiera hoy, sino mañana”, reclamó.

Muchos de sus compañeros fueron solo con la plata del traslado, no tenían dinero para alimentación ni para hospedaje y, si es que aceptaban ese dinero ($ 60), apenas les alcanzaría para cubrir la movilización de cada uno, contó Naranza. Así que conversaron entre ellos y decidieron regresar los 192 socios a su tierra sin hacer el proceso.

Otros, en cambio, al conocer que les tomarían una foto de los ojos, se arrepintieron: “Yo no regalo mis datos por plata”, dijo una riobambeña, acompañada por seis miembros de su familia, antes de retirarse del sitio, mientras una pareja de venezolanos que hace dos días había llegado a Guayaquil esperaba su turno: “No tenemos nada, algo es algo, ojalá nos ayuden”. En tanto que una guayaquileña, que vive sola en Durán, comentó: “No tengo nada que perder, no tengo trabajo y hoy no tenía qué almorzar, pero ya con esto me compraré una gallina para que me dure varios días”.

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A nivel nacional hay ocho locales de Worldcoin, cuatro en Guayaquil (en los sectores de Garzota, Samanes, barrio Centenario y en la calle Panamá) y cuatro en Quito (en la plaza Foch, el parque La Carolina, el parque Bicentenario y Tumbaco). En todos hay letreros grandes que indican que solo se permite a mayores de 18 años.

QUITO (30-07-2024).- Oficinas de Worldcoin en las calles Reina Victoria y Calama, en el norte de Quito. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

En uno de los puntos del norte de la capital, en la plaza Foch, había una menor aglomeración, la tarde de ayer. Había unas 40 personas. Unos esperaban a que llegara la hora en que fueron citados, mientras otros se apostaban para comprar las criptomonedas a los nuevos “miembros de la comunidad”.

Martha, una ama de casa de 29 años, acompañó a su esposo, un guardia de seguridad, para que abriera su cuenta en la aplicación y completara el trámite. Ella se enteró de este negocio por una vecina, en La Comuna, un barrio popular en las faldas del volcán Pichincha, en el occidente de la capital. Su amiga la animaba para que abriera una cuenta. Al principio pensó que se trataba de un engaño, pero luego le explicaron que no hay que dar nada de dinero sino que, por el contrario, hay que recibirlo.

“Usted va a recibir $ 20, hasta $ 50, me dijo. Cosa que se me paró los ojos así”, contó con cara de sorpresa. Eso la animó. Un día que no tenía dinero, tomó un bus y fue al local de Worldcoin a abrir su cuenta. Presentó su cédula para demostrar que era mayor de edad, recibió una charla y llenó un formulario con sus datos personales, contó Martha. Luego mostró los ojos en uno de los Orb, los aparatos que escanean el iris.

Martha no conocía bien por qué le habían tomado esa imagen. “Que estaba vendiendo mis ojos, me dijeron, algo así. Cosa que dije: Voy a quedar sin vista, ¿verdad?”, contó entre risas. Luego, más seria, agregó: “Pero esa es la novedad, que uno vende los ojos. Así está la nueva por arriba, en mi barrio”.

Al abrir su billetera electrónica, una trabajadora de la empresa le dijo que le cargarían las criptomonedas a su cuenta equivalentes a $ 37. Como no sabía cómo obtener el dinero, acudió al hijo de su vecina. Él le ayudó a hacer una transferencia y le entregó solo $ 20. Luego, ella se dio cuenta de que él sí había retirado los $ 37 ofrecidos. “El man se me quedó con el resto”, se quejó.

Ángel, uno de los comerciantes apostados en los alrededores del local, escuchó el testimonio de Martha y comentó: “Ese es el problema. Gente oportunista va a haber siempre”.

Ángel se ha dedicado a negociar con criptomonedas durante varios años. Contó que ha tenido dos malas experiencias con estafadores que le robaron decenas de miles de dólares. Worldcoin le dio confianza porque esta criptomoneda está cotizada en los sitios web especializados, dijo. Para demostrarlo, sacó su celular e ingresó a uno de ellos, a Coinmarketcap. Buscó Worldcoin y el sitio la cotizó en $ 2,31. “En la mañana estaba a $ 2,14, o sea que ha subido”, manifestó.

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Ángel llevaba apenas tres días con la aplicación y ya pensaba invertir en grande. Su primer paso, afirmó, será integrar a su esposa y sus dos hijos. Solo abriendo las cuentas, entre los cuatro tendrían alrededor de $ 150 por el ‘bono’. Luego, añadió Ángel, cada usuario puede invitar a diez personas y la compañía le da una comisión de alrededor de $ 12 por cada invitado que se integre al sistema. Es decir que si su familia logra ingresar a los 40 invitados que les corresponde, entre todos tendrían unos $ 480. “Ya es un sueldo básico”, se admiró Martha al escucharlo.

Ángel tenía una idea más clara de por qué la empresa les exige la imagen del iris. “Es por seguridad”, afirmó sin titubear. Para él, una huella digital o una foto del rostro ya no es suficiente. Confía en que Worldcoin no hará nada indebido con la información de los ojos.

Red de finanzas mundial

En un año, Worldcoin ha realizado verificaciones de humanidad (con sus Orb) a 6,2 millones de personas y los usuarios repartidos en 160 países han generado más de 125 millones de transacciones en sus billeteras digitales (en la aplicación). Además, tiene instalados locales en 39 países, entre ellos, España, Chile, México, Colombia y Argentina.

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En este último país se abrió una investigación a inicios de este año y hace una semana, el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de Buenos Aires dispuso una multa de 194 millones de pesos a la empresa Worldcoin Foundation y, además, le ordenó que suprimiera ‘cláusulas abusivas’ en sus contratos. Por ejemplo, las que -según la entidad argentina- habilitan a la empresa a interrumpir el servicio sin ningún tipo de reparación ni reembolso, las que obligan a usuarios y usuarias a renunciar a reclamos colectivos, las que establecen que la normativa aplicable sean leyes extranjeras (Islas Caimán) y, además, las que indican que las eventuales disputas se resolverán a través de un arbitraje en California, Estados Unidos, infringiendo lo establecido por el Código Civil y Comercial de la Nación.

El impulsor de OpenAI, Sam Altman, en una imagen donde se observa un Orb, la esfera plateada con cámara incorporada que recopila datos biométricos.

Para la operación en Ecuador, señaló el vocero de Tools for Humanity en una entrevista en junio- Worldcoin se reunió del 27 al 29 de mayo con los representantes de la Superintendencia de Protección de Datos Personales, Ministerio de Telecomunicaciones, Cámara de Innovación y Tecnología, Dinarp (Dirección Nacional de Registros Públicos) y con legisladores de la Comisión de Soberanía, Integración y Seguridad Integral y representantes de la Asamblea Nacional. También, afirmó, “se notificó oportunamente a la Superintendencia de Protección de Datos Personales sobre el lanzamiento de sus operaciones”.

Mientras que en España, según un reporte del diario El País, la Agencia Española de Protección de Datos de ese país ordenó a Tools for Humanity Corporation que cesara sus actividades, en marzo pasado. Cerca de 400.000 españoles habían cedido sus datos biométricos. (I)