“Recarga tu celular para que te inscribas y cobres”, voceaba una comerciante mientras caminaba entre más de un centenar de personas que esperaban su turno, de pie y sentadas en unas gradas o en la acera, en los exteriores de un local ubicado en la calle Panamá, entre Tomás Martínez e Imbabura, centro de Guayaquil.