El aprovechamiento de las masas de agua en movimiento que circulan por los ríos para transformarlas en energía eléctrica renovable es lo que significa una central hidroeléctrica y en Ecuador hay un poco más de diez, funcionando con distintas potencias, asegura Raúl Castro, profesor de la Maestría en Gestión de Sistemas Energéticos en Edificaciones de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).

La principal es Coca Codo Sinclair con 1.500 megavatios y aproximadamente 8.500 megavatios de potencia instalada. “Es la central más grande”, afirma Castro.

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Más temprano el ministro de Energía, Fernando Santos, había indicado que haría una “desconexión puntual de la demanda eléctrica entre las 16:00 y 17:30″ hasta el jueves 5 de octubre. Sin embargo, hace poco señaló que “el país puede estar seguro de que no habrá apagones” y que ha sido un problema puntual “que esperamos no se repita”.

Otras de las importantes es el complejo Paute, que incluye Paute – Molino de 1.050 megavatios. También Mazar, de 125 megavatios y Sopladora, de 275 megavatios. “Si sumamos todo eso ya tenemos las dos grandes centrales (Coca Codo Sinclair y Paute) y que son las preocupaciones y también estas centrales, una está en el nororiente y la otra en la parte sur”, explica Castro.

Ministerio de Energía anuncia desconexiones puntuales de energía entre 16:00 y 17:30 hasta el 5 de octubre

“Pese al estiaje fuerte que estamos teniendo, Coca Codo Sinclair sí está generando prácticamente al máximo. Ha estado generando alrededor del 25 % de los meses de la energía que requiere el país, pero en estos últimos días es que están desarrollando aproximadamente el 30 %”, dice Castro y señala que esto significa que esa hidroeléctrica sí ha tenido su primera energía primaria, que viene sobre el agua, pero no tan profundo.

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Hay otras centrales hidroeléctricas que funcionan con menos producción de megavatios como San Francisco, de 150 megavatios; la Delsitanisagua de 218 megavatios; Baba, Cumbayá y Daule-Peripa con 150 megavatios, aproximadamente.

“Ya son pequeñas comparadas con las principales que son las que mantienen y son el corazón. Hasta ahora hemos generado más o menos el 70 % hidráulico y en años normales, con lluvias constantes, podemos generar 95 % de energía con nuestras centrales”, señala Castro.

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Mantenimiento

El catedrático resalta la importancia de que las centrales como Coca Codo Sinclair y Sopladora tengan mantenimiento, el cual debe realizarse cada cierto periodo. “(En el complejo Paute) ya cumplió 40.000 horas y en las 40.000 horas, así como los carritos cuando tienen un determinado kilometraje, pues hay que hacerle un mantenimiento, y es un poquito más fuerte como cambiar algunos ejes. No es lo mismo que 5.000 horas, que cambiamos algunas rodillos y vuelve a seguir funcionando, entonces nos despreocupamos un poquito de esos materiales”, afirma Castro.

Ángel Recalde, coordinador de Electrónica y Automatización de la Facultad de Ingeniería en Electricidad y Computación en la Espol, dice que el periodo de mantenimiento puede variar, según distintos factores como tipo de equipos (especialmente la turbina) y las condiciones operativas. “Usualmente en equipos mecánicos como la turbina puede oscilar en seis meses a cinco años porque se ve sometida a la calidad y turbiedad del agua”, dice.

Además, indica que existen otros calendarios de mantenimientos continuos ayudados por monitorización en tiempo real y el predictivo para identificar problemas antes de que ocurran.

Castro recalca que ninguna central hidroeléctrica ha dejado de funcionar, la diferencia es la potencia. “Tenemos algunas medio funcionando, pero con riesgos, lo que nos falta es el agua”, apunta Castro.

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“Hablábamos de que van a desconectar alrededor de 200 megavatios, lo que Colombia nos estaba ayudando en estas últimas dos semanas. Entonces esa es la unidad de potencia. Necesitamos algunos generadores que me den esa cantidad de potencia para no tener estos problemas. Si no tenemos agua, debíamos recurrir al parque térmico para suplir esos 200 megavatios, usando potencia con generadores y combustibles derivados del petróleo, pero tampoco los tenemos”, explica Castro.

Y dice que no los tenemos porque no ha habido el mantenimiento oportuno. “Es demasiado tarde”, apunta y agrega que la solución es concienciar: “Como usuario final no estamos usando adecuadamente nuestra energía, lastimosamente el 100 % de energía no se logra transformar en trabajo, tenemos un 30 % que no logra convertirse en trabajo y esto es por malos hábitos energéticos”.

Recalde menciona que en el futuro es necesario incrementar y fortalecer el parque generador eléctrico a nivel nacional para que se incremente la característica de firmeza. “La firmeza es la capacidad que tienen las centrales de generar a conveniencia, por ejemplo, las centrales térmicas tienen firmeza porque no dependen sino de la disponibilidad de combustible. En este caso existen tecnologías limpias y que reducen las emisiones como las centrales de ciclo combinado”, opina Recalde. (I)