Con el plan denominado “El valor agregado del proyecto de carga segura en la cadena logística” se busca mejorar los controles para evitar que la carga exportable sea contaminada por las mafias del narcotráfico.
El proyecto busca mantener la competitividad y rapidez en los envíos con la seguridad de que no se cuelen cargamentos ilícitos. Se ejecuta a través del Programa de Seguridad, Esperanza y Resiliencia para la Paz en Ecuador (Serpaz), y es cofinanciado por la Unión Europea (UE).
El plan implica una inversión de doce millones de euros durante 36 meses en asistencia técnica, especialistas y otros recursos europeos para mejorar las condiciones de lucha frente a las condiciones de inseguridad.
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Ecuador exportó en 2024 un total de 520.000 contenedores con carga de exportación a la Unión Europea. Y 3,6 toneladas de droga es lo que afecta a las exportaciones de la región.
Iliana González, directora de Asotep (Asociación de Terminales Portuarios Privados del Ecuador), indica que uno de los objetivos es reforzar los controles desde origen y mejorar la imagen de los exportadores ecuatorianos.
El 99,9 % llega a destino de manera limpia y eficiente, recalcó González, aunque reconoce que los puertos nacionales son los que tienen mayor incidencia en los envíos ilegales.
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Merlyn Casanova, directora ejecutiva de Anecacao (Asociación Nacional de Exportadores e Industriales de Cacao del Ecuador), afirmó que la contaminación de carga se da desde las amenazas al productor y no solo en la cadena logística.
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“Hemos sido vulnerables y no estamos preparados para lo que está pasando”, dijo Casanova. “Un desafío importante es un trabajo conjunto público y privado, entre las entidades que ahora se han aliado. Eso lo estamos empezando”.
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Andrés Padilla, presidente del directorio de Camae (Cámara Marítima del Ecuador), afirma que los puertos son un ejemplo de inversión privada. Sin ella, no se podría atender el crecimiento del comercio exterior. Se manejan 2,4 millones de contenedores por esta infraestructura, de los que 520.000 van a la UE.
“Tras una visita a Holanda nos dimos cuenta de que, si bien (en los puertos nacionales) se revisan los contenedores con los escáneres, hay que mejorar el tema de analizar las imágenes”, aseguró Padilla. Las líneas navieras tienen exigencias fuertes en cuestiones de seguridad, precisó.
Bryan Andrade, subsecretario de Puertos y Transporte Marítimo y Fluvial, aseveró que uno de los principales desafíos está en el compromiso del Gobierno en la continuidad y desarrollo de este proyecto.
Esta es una intervención público-privada, y expresó que las medidas de control y eficacia se aplican en los puertos nacionales públicos y privados. Son de seis a siete puertos los que están en el ojo de la criminalidad, dijo Andrade.
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“Es llamativo cómo los puertos europeos están interconectados en los controles”, dijo Andrade. “En Ecuador sí existe una integración portuaria, pero sería bueno que como reguladores integremos a más actores a esta comunidad portuaria”.
“Los puertos no son el punto final de la cadena logística: son un medio de paso; la carga está en el medio. Obviamente, una vez que sale, hay toda una cadena de actores que intervienen”, agregó el funcionario del régimen de Daniel Noboa.
Además de los escáneres, hay cámaras de videovigilancia y estándares de control para acceder al puerto, señaló Andrade como parte de las acciones que ya se ejecutan para asegurar la carga sin drogas. (I)