Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son fundamentales para la economía ecuatoriana porque generan empleo y desempeñan un papel clave en la dinamización del mercado. Sin embargo, muchas no logran consolidarse.
Según el estudio “Fracaso de las pymes: factores desencadenantes, Ecuador 2020”, se estima que el 50 % de las pymes cierran durante su primer año de actividad.
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En Ecuador, el 4,7 % son pequeñas empresas, 0,7 % medianas en el segmento A y 0,5 % empresas medianas B, de acuerdo al Registro Estadístico de Empresas de 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
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En cuanto a empleo, la pequeña empresa agrupa el 15,70 %, la mediana A un 7,6 % y mediana B el 8,6 %.
Pero, como en todo negocio, hay riesgos que atraviesan en su camino. Diego Ortiz, docente de la UIDE Business School, y el analista económico Héctor Delgado lo definen en seis puntos.
Estos son los riesgos
- Acceso limitado a crédito: A pesar de la importancia que tienen en la economía, los emprendedores deben lidiar con tasas de interés elevadas, estrictos requisitos de garantías y procesos burocráticos complejos, lo que dificulta la obtención de financiamiento, dice Ortiz, lo cual deja a muchas empresas con escasa liquidez y vulnerables ante cualquier crisis.
- Inestabilidad económica y presión fiscal: Los cambios constantes en las regulaciones y la incertidumbre política dificultan la planificación a largo plazo. Además, la alta carga tributaria y los elevados costos operativos afectan la rentabilidad de las empresas, empujando a muchos negocios a la informalidad o incluso al cierre definitivo, ante la imposibilidad de mantenerse financieramente, afirma Ortiz.
- Falta de un adecuado análisis de mercado: Muchos toman decisiones basadas únicamente en la intuición o experiencias previas, sin realizar estudios de viabilidad para identificar a su público objetivo o evaluar a la competencia.
- Falta de gestión financiera: Algunas pymes no llevan un control adecuado de su flujo de caja, costos y deudas. Esto puede llevar a problemas de liquidez, sobreendeudamiento o falta de capital para operar, sostiene Delgado.
- Falta de estrategia: Hay negocios que nacen sin un plan de negocio sólido o sin una estrategia clara de crecimiento, indica Delgado. Y esto hace que tomen decisiones reactivas en lugar de planificadas, perdiendo oportunidades o cometiendo errores costosos.
- Concentración de proveedores y clientes: Si una empresa depende demasiado de un solo cliente o proveedor, cualquier cambio en esa relación puede afectar gravemente su estabilidad.
“Cuando una empresa no logra identificar correctamente su mercado meta, corre el riesgo de ofrecer productos o servicios a un público que no los necesita o no está dispuesto a pagar por ellos. Este desajuste impacta directamente en las ventas y reduce las posibilidades de crecimiento sostenible”, opina Ortiz.
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Frente a esto, el docente agrega que, para que las pymes no solo sobrevivan sino que prosperen, es crucial que se implementen políticas que faciliten el acceso a crédito, reduzcan la carga tributaria y fomenten el uso de datos para desarrollar estrategias comerciales más efectivas.
Recomendaciones:
- Establecer metas y objetivos: Saber a dónde se quiere llegar y por qué.
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- Elaborar un presupuesto: Establecer fondos de reserva en las áreas que aún podrían ser reforzadas para el desarrollo del negocio.
- Escenarios, procesos internos y nuevas tecnologías: Contar con varias salidas para un mismo problema en los negocios es esencial. De igual manera con los planes de excelencia y calidad; y la adquisición de tecnología.
- Capacitación e innovación: Las pymes siempre deben destinar un porcentaje de sus recursos para capacitar a sus colaboradores y para la innovación. Estos dan resultados en productos competitivos, posicionamiento en el mercado, apertura a nuevos negocios, mayor eficiencia interna y rentabilidad.
- Comunicación y alianzas: Una buena comunicación fortalece la transparencia, lo que desarrolla la confianza tanto de los colaboradores como de clientes y proveedores hacia la empresa. A esto se suman las alianzas, cuyo fin no debe ser otro que el de ahorrar esfuerzos y maximizar resultados para la misma causa, teniendo en cuenta un modelo ganar-ganar. (I)
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