Por Ricardo Calle*
Es importante tener en cuenta que la exposición a plaguicidas es un problema que puede ocurrir en ámbitos urbanos y rurales, pero la problemática de su exposición en comunidades agrícolas es preocupante debido a la cronicidad de exposición y síntomas.
En una exposición e intoxicación aguda por plaguicidas organofosforados, piretrinas, piretroides o carbamatos los síntomas son muy característicos dentro de los pocos minutos de exposición, presentando un cuadro clínico con lagrimeo, hipersalivación, sudoración excesiva, broncorrea, broncoespasmo, disnea, vómito, dolor abdominal tipo cólico, diarrea, disuria, dificultad respiratoria, bradicardia, calambres, mialgias, fasciculaciones en músculos faciales y dedos. Todos son síntomas evidentes y necesitan tratamiento urgente.
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En la exposición crónica y reiterada a plaguicidas los síntomas no son tan evidentes. Predominan efectos que en muchos casos son inespecíficos e irreversibles: cuadros neurodegerativos como enfermedad de Parkinson, polineuropatías motoras y sensoriales, alteraciones en la marcha, ansiedad, dificultad para concentrarse, cambios de ánimo, fatiga crónica, psicosis e irritabilidad.
También efectos cardiotóxicos como enfermedad coronaria, arritmias y cardiomiopatías, alteraciones graves en conducción del impulso eléctrico cardiaco. Está también el daño oxidativo extenso que lleva a una genotoxicidad y un aumento de incidencia de neoplasias. Gran parte de estos síntomas podrían atribuirse a una variedad de enfermedades, sin correlacionarse la posible exposición crónica a plaguicidas.
Mucho de esto se da por varios motivos como la habituación de una comunidad a la exposición de plaguicidas por muchos años, resultando en el “desaparecimiento” de síntomas agudos con un predominio de síntomas crónicos. Al existir cambios y daños paulatinos, el enfermo no se percata de las lesiones.
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El trabajo excesivo en estas áreas por parte del trabajador agrícola que se expone a muchas horas de contacto no solo en una empresa sino en varias empresas influye bastante en esta sobreexposición, junto con el desconocimiento de la peligrosidad de estas sustancias.
La forma de actuar ante una exposición aguda a plaguicidas depende de cuál fue la vía de intoxicación. Si fue por vía respiratoria lo primero que se debe hacer es alejarse de la fuente y dirigirse a un área ventilada.
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En caso de exponerse dermatológicamente por derramamiento o contacto cutáneo se debe retirar toda la ropa impregnada con plaguicidas y separarla en una funda, luego realizar un baño completo con un jabón neutro.
Si se ingirió el plaguicida es importante nunca tratar de inducir al vómito, lo que se puede hacer es consumir agua en sorbos pequeños.
En una exposición crónica a plaguicidas lo que me debería llevar a una sospecha es la aparición de síntomas inespecíficos neurológicos o cardiacos, sin un diagnóstico claro.
Es importante tener en consideración que toda exposición a plaguicidas amerita un seguimiento medico de emergencia independientemente de la vía de intoxicación en las exposiciones agudas y un seguimiento por un médico toxicólogo para medidas de tratamiento sintomático adecuado en las exposiciones crónicas. (O)
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*Ricardo Calle es médico especialista en toxicología clínica y medicina interna.
