Los biólogos y voluntarios del proyecto Sacha no esperan con demasiadas ansias que lleguen las fiestas de fin de año. Cada 31 de diciembre la organización de rescate de vida silvestre se prepara para el ruido y el humo que provoca la quema de monigotes cuando el reloj marca las 00:00 del siguiente año. Esto provoca gran estrés en los animales que cuidan, como tigrillos, loros y zarigüeyas. El estado nervioso en el que incurren incluso puede ocasionarles la muerte.