El sonido de las sirenas de las ambulancias es tan común para Amy Mendoza que ya no la pone tan nerviosa ni ansiosa como cuando fue por primera vez a la sala de Emergencias del hospital de niños Francisco de Ycaza Bustamante, del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Amy iba a dar a luz a gemelos dicigóticos, es decir, se producen por la fertilización de dos óvulos diferentes por dos espermatozoides distintos durante el mismo embarazo. En este caso fueron tres bebés: dos niños y una niña.

Publicidad

El nacimiento fue prematuro y Amy perdió a los dos niños. Su nena pasó en el hospital hasta recuperarse. Después, regresó nuevamente por urgencias y su niña fue diagnosticada con hidrocefalia, que es la acumulación de líquido dentro de las cavidades profundas del cerebro.

“La traje a Emergencias y gracias a Dios, al hospital y a los médicos tuve una atención superbuena. Vieron a la niña que tenía la cabeza grande y me ingresaron enseguida. Se coordinó con los neurocirujanos y con los demás doctores”, dice la joven de 23 años y agrega que su hija pasó por cuatro operaciones.

‘Tuvimos un paciente que le querían disparar a la cabeza. (La bala) entró por un pulmón y salió por el otro’: 2,8 millones de emergencias hospitalarias en primer semestre de 2023 en Ecuador

Las intervenciones eran para colocarle una válvula, en otras porque se le abrieron los puntos de la cirugía y cada proceso era angustiante, señala Amy, oriunda de Daule, cantón del cual viaja hasta Guayaquil para seguir el tratamiento.

Afortunadamente su pequeña ya no tiene hidrocefalia, pero sí presenta poco peso, y para esto necesita alimentarla con una leche bajo receta médica. También sigue un esquema de antibióticos.

Publicidad

Amy no olvida sus trayectos y vivencias. “Yo venía (en bus) rezándole a Dios para que todo esté bien hasta que pueda llegar acá (al hospital) y me la puedan atender. Hay momentos en los que uno se siente debilitada, sin fuerzas, pero hay doctores muy buenos, que te dan palabras de ánimo. Al menos yo estoy aquí sola. No vienen familiares, ni a reemplazarme. Yo estoy aquí sola día y noche”, expresa Amy, quien desde abril pasado esta casa de salud se ha vuelto su segundo hogar.

En los primeros seis meses de 2023 se han registrado 132.241 niños y niñas menores de un año que han pasado por las salas de emergencias de los hospitales de la red del MSP. De estos, 69.998 son niños y 62.243 son niñas.

De 1 a 4 años son 356.389 menores que han estado en urgencias; de 5 a 9 años, 270.753; y de 10 a 14 años fueron 195.416. En total, de 0 a 14 años resulta en 954.799, es decir, casi un millón de menores de edad en emergencias.

A nivel nacional el hospital pediátrico Francisco de Ycaza Bustamante, de tercer nivel, es el que recibe más niños en emergencias, de acuerdo con las cifras del MSP, que son 37.715 entre 0 y 14 años. También en Guayaquil está el Hospital Materno Infantil Bastión Popular con más ingresados: 16.709 pacientes.

Por el suburbio le sigue el centro de salud Cisne 2 con 16.154 menores de edad. En Babahoyo, recibe más pacientes el Hospital General Martín Icaza con 15.681. Y el centro de salud Conocoto, en Pichincha, con 14.034.

Estos son los hospitales que reciben más pacientes en emergencias en Guayaquil

Roberto Tomalá, director asistencial del hospital Francisco de Ycaza Bustamante, indica que al área de Emergencias acuden no solo los pacientes críticos, sino aquellos que requieren de una atención ambulatoria por medio del sistema de triaje Mánchester (clasificación y priorización de pacientes). “Tenemos pacientes por traumas, heridas de armas de fuego que son víctimas colaterales, con un trauma craneoencefálico, convulsiones y en diciembre llegarán los pacientes con quemaduras”, dice Tomalá y agrega que además se recibe a niños con problemas respiratorios, con gastroenteritis y otros.

Estas últimas son algunas de las principales causas por las que los niños están en emergencias. Hay 181.087 pacientes por rinofaringitis aguda; 164.725 por amigdalitis aguda; 101.535 debido a gastroenteritis y colitis de origen infeccioso y no especificado; y 72.892 por faringitis agua. Además, hay 18 casos registrados como accidentes con armas de 0 a 14 años.

“Estos son los periodos en los que empiezan a aparecer ciertas enfermedades virales, también el tema del ciclo escolar y eso hace que aumente la incidencia por atenciones ambulatorias en el servicio de emergencias”, explica Tomalá.

Con esto concuerda Daniel Espinel, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UISEK, quien señala que los menores han estado relegados por la pandemia COVID-19, lo que provocó que estén a una mayor exposición de virus. “Su sistema inmune no tiene recuerdo inmunológico de este tipo de agentes patógenos. Entonces, al no tener un recuerdo inmunológico, la respuesta inmunológica que están teniendo es como la de la primera exposición. Al ser la primera exposición, tienen más fiebre, una mayor afectación y la respuesta inmune suele ser incluso un poco más incrementada de lo usual”, argumenta Espinel.

‘Cuando me sacaba una muela no podía comer guineo, porque era inconoso’. ¿Realmente existen alimentos inconosos?

Por eso Luis Ramos, emergenciólogo pediatra y médico tratante en Solca, dice que hay una gran cantidad de niños en urgencias por enfermedades respiratorias. “Más si le agregamos a estas la falta de medidas higiénico-sanitarias, que genera mayor prevalencia de infecciones en estos pacientes”, sostiene.

Aconseja que si el niño o niña presenta fiebre, cambios en hábitos, como dejar de comer y vomitar, diarreas y que no orine, es indispensable llevarlo a emergencias. Sin embargo, estos y más síntomas se pueden evitar, recomienda Espinel, quien hace un llamado a usar la mascarilla, alcohol y evitar aglomeraciones.

Las cifras del MSP muestran que el grupo etario de 20 a 39 años es el que más va a urgencias, con un total de 933.012 pacientes y por las razones antes expuestas. “Son los que estamos saliendo a trabajar y están exponiendo a otras personas en un contexto en el que las mascarillas han quedado ya totalmente descartadas. Salió ya de la práctica y nadie quiere usar una mascarilla. También existe un cierto descuido de higiene de manos y obviamente esto aumenta la exposición y el riesgo de infecciones desde las simples como el resfriado común”, señala Espinel.

Los especialistas aconsejan llevar una alimentación saludable con tres comidas al día, de frutas, verduras, vitaminas, frutos secos, carnes. “Optemos por no darles comida chatarra”, dice Espinel. Y Tomalá llama la atención a los padres de familia a no descuidar a sus hijos: “Hay las diarreas cuando se ingieren alimentos contaminados con las manos sucias”. (I)