Mirando a los próximos 30 años, se debe analizar la posibilidad de ampliar la producción de agua potable para Guayaquil con otras fuentes, como el acuífero El Chobo, ubicado en Milagro, debido a la contaminación del río Daule, la actual fuente de agua potable para la urbe porteña.

Este es el planteamiento de Raúl Serrano Carlín, ingeniero químico y vicepresidente del Colegio de Ingenieros Químicos del Litoral. Ese organismo ya ha planteado el proyecto anteriormente a autoridades municipales.

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El acuífero, que es una fuente de agua subterránea, ya es aprovechado parcialmente por el cantón Durán. Aunque la mayoría de la población se abastece de agua mediante tanqueros, las viviendas que sí están conectadas al sistema de tuberías dependen de El Chobo.

Según Luis Chonillo, alcalde de Durán, la demanda hídrica del cantón es de 6.000 metros cúbicos de agua por hora. En junio pasado, en entrevista con EL UNIVERSO, Chonillo indicó que heredaron una producción de menos de 1.400 metros cúbicos por hora.

Es por esto, aduce, que han dado mantenimiento a los siete pozos que operan en el acuífero, y están estudiando el lugar adecuado para un nuevo punto de captación de agua para construir una planta potabilizadora que aproveche el río Daule.

‘Los que estamos al fondo de la cola, recibimos el agua más contaminada’

Serrano, sin embargo, explica que ni siquiera se sabe el verdadero potencial de producción máxima de El Chobo. “Se lo tiene que evaluar mejor como recurso, se tiene que determinar cuál es su potencial realmente. Durán dice que va a construir una nueva planta de potabilización a orillas del río Daule. Significa que el agua va a tomar una calidad similar a la que nosotros tenemos en Guayaquil en La Toma. Hay la influencia de la salinidad, todas las ciudades aguas arriba toman el agua y la descargan sobre el río Daule. En otras palabras, los que estamos al fondo de la cola, Guayaquil, recibimos el agua más contaminada”.

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La calidad del agua del río Daule, amplía Serrano, se ve afectada porque pasa por áreas de cultivos agrícolas, además de tener descargas de aguas residuales domésticas e industriales.

Cuestiona, además, que la calidad de agua de Guayaquil no se fiscaliza mediante un laboratorio independiente que certifique que el agua es apta para el consumo humano.

“Interagua es el operador de la planta y tiene un laboratorio acreditado, muy bien, pero esto se hace con una fiscalización. La Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil debería tener un fiscalizador”, afirma Serrano.

¿Cómo puede ser posible que Durán esté pensando en una planta potabilizadora, sabiendo el nivel de contaminación? La inversión aproximada para determinar el potencial de El Chobo es de alrededor de $ 200.000 a $ 300.000. No estamos hablando de millones de dólares”, indica Serrano.

La sexta revisión de la norma técnica 1108 del Instituto Ecuatoriano de Normalización, que explica los parámetros que debe cumplir el agua apta para el consumo humano, no menciona el control de agroquímicos. Sí establece límites permitidos de arsénico, cadmio, fluoruro y mercurio, por ejemplo.

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A su vez, la Resolución NRO. ARCA-DE-016-2022, de la Agencia de Regulación y Control del Agua, que categoriza los requerimientos de la norma 1108 en controles obligatorios, básicos, complementarios y especiales, tampoco menciona agroquímicos.

Preocupación por la calidad del agua del río Daule

El Colegio de Ingenieros Químicos del Litoral ya ha alertado a autoridades sobre la contaminación en el río Daule. Enviaron una misiva en 2022 a la entonces alcaldesa, Cynthia Viteri, en la cual explicaron la presencia de materia orgánica, pesticidas, metales pesados y coliformes en el agua.

En la misma documento sugirieron al Municipio realizar un estudio técnico “que permita identificar una fuente subterránea de agua” para abastecer de agua potable a la ciudad “con la proyección de su demanda hasta el año 2060, prescindiendo del agua potable de La Toma”, dice el escrito.

La idea de aprovechar El Chobo no es nueva. En 2011, señala Serrano, que el ingeniero Luis Marín Nieto (+) exprofesor de la Universidad de Guayaquil (UG), ya había planteado en una publicación científica plasmada en la revista de la UG, que en el caso, de que Guayaquil tenga problemas de abastecimiento mediante la represa Daule-Peripa, se debe acudir a El Chobo.

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“La Toma opera desde 1950. Ya han transcurrido casi 75 años. Guayaquil ya tiene que pensar en una nueva fuente de aprovisionamiento. Parecería una locura (...). Marín en su publicación habla de ir a El Chobo, pero yo no tengo que esperar a una sequía”, explica Serrano.

Estudio sobre el río Daule

Luis Domínguez, director del Centro de Agua y Desarrollo Sostenible de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), ha estudiado la contaminación del río Daule.

En una publicación científica publicada en 2019, él y otros investigadores determinaron la presencia de 26 productos de pesticidas, como cadusafos, butacloro y pendimetalina, en 108 sitios de muestreo.

No obstante, Domínguez explica que la información sobre las fuentes de agua subterránea en el país “es relativamente limitada”. Explica que la Espol realizó una actualización del mapa hidrogeológico ecuatoriano, que detectó un acuífero importante en la zona de Daule. “Se desconoce su potencial, pero se presume que podría ser una fuente de agua bastante interesante para un Guayaquil del futuro”, apunta Domínguez.

Señala que las aguas subterráneas “verdaderas” se refieren a pozos de gran profundidad, de más de 100, 200, 500 metros. Así, continúa, el agua se vuelve un elemento como el petróleo, por el cual somos capaces de perforar el suelo.

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Los pozos usados en la agricultura están situados a menos profundidad y no constituirían necesariamente el “verdadero acuífero”, señala Domínguez, el cual estaría a mayor profundidad.

Considera que depender únicamente del río Daule ya ha representado problemas como alta turbidez, o algún derrame de contaminantes. También es posible que el caudal se reduzca y no pueda abastecer a la ciudad en un futuro.

“Lo ideal sería tener sistemas descentralizados, es decir, no depender de una única fuente. Guayaquil también ha explorado el embalse de Parque del Lago como una potencial fuente de agua a futuro”, dice el experto de la Espol.

Sin embargo, estas fuentes de agua son superficiales y dependen del clima. Los acuíferos, expresa Domínguez, son reservas de agua acumulada por muchos años y se perfilan como una fuente más estable de abastecimiento de líquido vital.

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A pesar de no estar en la superficie, los acuíferos no son inmunes a la contaminación. Los agroquímicos, por ejemplo, se filtran en el suelo, que no es impermeable, amenazando la calidad del agua subterránea, que también puede sufrir por sobreexplotación. (I)