La denominada “limpieza de casa” iniciada el fin de semana en El Salvador por el presidente Nayib Bukele con la destitución, bajo el apoyo del Congreso, de un grupo de jueces de la Corte Suprema y del fiscal general encendió las alarmas en el país centroamericano sobre intentos de concentración de poder por parte del Ejecutivo y provocó críticas de la comunidad internacional.