La pandemia del covid-19 había ya pasado factura y el soñado viaje para conocer los restos del Titanic lo aplazaron en un primer momento.

Ese no fue el primer impedimento. Un par de retrasos de vuelos amenazaba con alejar de nuevo a los Dawood de hacer la travesía en el sumergible Titán.

La nave implosionó en aguas del Atlántico y cinco vidas se apagaron. A dos semanas de la tragedia se conoce cómo fueron los últimos momentos a bordo del malogrado sumergible, luego que Daily Mail divulgara declaraciones de allegados de las víctimas.

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Quiénes eran los pasajeros atrapados en el submarino turístico desaparecido que exploraba los restos del Titanic

Los Dawood ... a bordo

Stockton Rush, el presidente ejecutivo de OceanGate, había convencido a los Dawood de emprender la fascinante travesía.

Este hombre, de quien el medio británico recordó que creía que ir a las profundidades del Atlántico en el Titán era “más seguro que cruzar la calle”, se había reunido con la familia Dawood en un café cerca de Waterloo para hablarles sobre el diseño y la seguridad del sumergible.

Nada pareció llamar la atención de manera negativa. Llegó junio de 2023 y volaron a Toronto (Canadá) el 14 de junio, pero su vuelo a St John’s para unirse a la expedición fue cancelado, por lo que tuvieron un día adicional para explorar la ciudad. Su vuelo al día siguiente se retrasó y temieron no poder llegar al Titán, publicó Daily Mail.

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El empresario Shahzada Dawood, de 48 años, y su hijo Suleman, de 19, estaban ansiosos. La esposa y madre, Christine, y la hija de la pareja los acompañaban para conquistar ese sueño. Sabían cuánto querían hacer el descenso y ver el transatlántico que naufragó hace más de un siglo.

“Muerte, muerte, muerte”: el tenebroso documento que firmaron los pasajeros antes de abordar el sumergible para ver al Titanic

Shahzada y su hijo Suleman quedaron fascinados con el Titanic después de visitar una exposición en Singapur en 2012, el centenario del hundimiento del barco

Christine Dawood, pareja y madre

Christine, reveló hace pocos días, que ella cedió su lugar en el Titan a su hijo. Y dijo, además, que este había llevado su cubo de Rubik para alcanzar un récord mundial.

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Sobre el abordaje el domingo 18 de junio, la pareja del empresario mantiene vivos los recuerdos: “Llegaron en el barco nodriza al puerto de St John’s, Newfoundland, en medio de la noche del 15 de junio y zarparon hacia el sitio de buceo”.

Hubo “sesiones informativas a las 7:00 am y 7:00 pm, con charlas científicas y discusiones sobre los restos del naufragio y la expedición”.

“La pandemia le impidió a mi esposo hacer antes la exploración al Titanic y yo cedí mi lugar a mi hijo en el Titán”: con mucho dolor habla la pareja del empresario Shahzada Dawood

Música y sin café en el descenso hacia el Titanic

El Daily Mail describió que a los que se preparaban para realizar el descenso se les dijo que “usaran calcetines gruesos y un sombrero (gorro), ya que podría hacer frío en las profundidades, y que siguieran una dieta”.

No sé podía tomar café... En el Titán, se ha explicado, no había baño.

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Se les recomendó, además, a los pasajeros que cargaran su música favorita en sus teléfonos para reproducirla a través de un altavoz Bluetooth.

La música country había sido prohibida por Rush.

¿Que se podía esperar en el descenso hacia el Titanic? A los pasajeros se “les advirtió que el descenso sería a oscuras porque las luces delanteras estarían apagadas para ahorrar batería para cuando bajaran al fondo del mar”.

Era muy posible que vieran “criaturas bioluminiscentes”.

Fue como una operación bien engrasada, se podía ver que habían hecho esto antes muchas veces

Christine Dawood, esposa y madre de dos víctimas del Titán

La última imagen de Shahzada Dawood y su hijo

En la mañana del 18 de junio, los pasajeros debían estar en cubierta del sumergible a las 5:00 am.

Los Dawood, describe Daily Mail, “tenían sus trajes de OceanGate, pantalones impermeables, una chaqueta impermeable naranja, botas con punta de acero, chalecos salvavidas y cascos”.

Los pesaron a todos. Padre e hijo fueron fotografiados. Iban felices. Esa foto, las últimas horas, la conoció el mundo.

Christine y su hija Alina estaban, señala la publicación, en la llamada nave nodriza del sumergible, Polar Prince.

Los veían emocionados. Hasta ese momento, la preocupación era el poco dominio que tenía Shahzada Dawood, de las pesadas botas.

“Ojalá no caigan al agua”, decía Christine. Los Dawood, padre e hijo, verían cumplido su sueño, pensaba la mujer... Sin embargo, en poco tiempo oyó que no había contacto con el sumergible. No entendió lo que hablaban cerca. La pesadilla estaba por comenzar. (I)

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