Las temperaturas extremas azotan a Asia, desencadenando medidas drásticas en varios países para proteger a sus ciudadanos del calor abrasador. Novethic ha acuñado el término “confinamiento climático” para describir esta situación, señalando la falta de preparación frente al cambio climático.

La falta de adaptación a la crisis climática tiene consecuencias para las libertades humanas. Ante las temperaturas extremas en el sur de Asia y América Latina, varios países han indicado que cerrarán sus escuelas y pedirán a los residentes que se queden en casa. Se espera que el confinamiento climático se generalice.

Confinamiento climático. Es un concepto que aún no existe pero que bien podría implantarse en la mayoría de los países afectados por el calor extremo y no adaptados a la crisis climática.

Publicidad

Un abrupto deshielo del permafrost exacerba efectos del calentamiento climático, indican expertos

En el sur y sudeste asiático, países como Filipinas, Bangladés y Tailandia se enfrentan a temperaturas históricas. Manila, la capital de Filipinas, registra 38,8 °C con una sensación térmica de 45 °C, llevando al cierre de más de 47.000 instituciones educativas y la transición a clases virtuales.

Bangladés también sufre con temperaturas de 42 °C, lo que ha llevado al cierre de escuelas en todo el país. El climatólogo Maximiliano Herrera describe la situación como “la peor ola de calor de abril en la historia de Asia”.

La electricidad es también uno de los problemas adicionales vinculados a esta ola de calor intensificada por el fenómeno de El Niño. En Tailandia, la demanda de electricidad ha alcanzado un récord.

Publicidad

La Organización Meteorológica Mundial confirma que Asia es la región más afectada por el cambio climático, con un aumento de temperatura acelerado. Además del cierre de escuelas, se insta a los ciudadanos a quedarse en casa para evitar los riesgos del calor extremo, lo que ha resultado en un aumento récord en la demanda de electricidad en países como Tailandia.

Estas medidas extraordinarias se suman a otras tomadas en el pasado, como en Colombia, donde se decretó un día no laborable para reducir el consumo de agua y electricidad debido a una sequía histórica. El presidente colombiano, Gustavo Petro, solicitó a los ocho millones de bogotanos pasar el fin de semana en “lugares que dependen de otras cuencas hidrográficas para reducir la presión sobre el consumo” de agua en la capital, donde ya está en marcha un racionamiento de la zona.

Publicidad

Por su parte en Ecuador, la falta de lluvias en las zonas de los embalses y las hidroeléctricas han ocasionado que el presidente Daniel Noboa declare una crisis energética, lo que ha generado cortes de energía que en algunos sitios ha superado las ocho horas diarias. (I)