Técnicamente en guerra desde los años 50 del siglo anterior, las hostilidades en la isla donde conviven Corea del Norte y Corea del Sur nunca han parado. Los más recientes ataques del norte han llegado en forma de globos de desechos.

En los esfuerzos de Corea del Sur por modernizar sus capacidades de defensa ante los avances armamentísticos norcoreanos, han decidido producir un nuevo tipo de arma, que está siendo desarrollada desde 2019 por un costo de 87.100 millones de wones (unos 60 millones de dólares).

La Administración nacional del Programa de Adquisición de Defensa (DAPA) bautizó esta tecnología como ‘Proyecto Star Wars’; se trata de un nuevo tipo de arma láser concebida para abatir drones norcoreanos.

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La compañía armamentística Hanwha Aerospace será la proveedora de este nuevo sistema, capaz de “neutralizar los objetivos irradiándolos directamente con una fuente de luz láser generada por fibra óptica”, según explicó en un comunicado DAPA.

El arma es capaz de “defender contra pequeños vehículos aéreos no tripulados y multicópteros a escasa distancia”, según DAPA, que también destacó que puede “cambiar las reglas del juego” en guerras del futuro si su potencia de disparo se incrementa para responder a misiles balísticos o amenazas aéreas.

Corea del Sur se convertirá en el primer país en operar este tipo de arma una vez se despliegue este año según lo previsto, añadió el organismo surcoreano.

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Haz láser

El arma necesita únicamente de electricidad para funcionar, y el haz láser que emite no es visible al ojo humano ni emite sonido alguno.

El Ejército surcoreano comenzó a reforzar sus capacidades de defensa contra drones después de que en diciembre de 2022 cinco dispositivos norcoreanos de este tipo traspasaran la frontera entre ambos países, logrando uno de ello sobrevolar el norte de Seúl antes de retornar al Norte.

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El ejército del sur desplegó aviones y helicópteros para seguir y derribar los otros cuatro en torno a la isla de Ganghwa, frente a la frontera marítima occidental, pero les acabó perdiendo el rastro debido a su pequeño tamaño (menos de 3 metros de ancho), en un incidente que marcó un pico de tensión en la península y puso en cuestión la preparación surcoreana ante incursiones de estos aparatos no tripulados. (I)