Australia Occidental ha sido escenario de un descubrimiento que podría marcar un antes y un después en la historia de la minería moderna.
Un equipo de científicos ha identificado un yacimiento de hierro con una reserva estimada en 55.000 millones de toneladas de metal, cuya valoración asciende a 5,6 billones de euros, ubicándolo entre los hallazgos más valiosos de las últimas décadas.
Este enorme depósito fue localizado en la región de Hamersley, dentro de la provincia de Pilbara, una zona ya reconocida por su riqueza mineral.
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El hallazgo no solo refuerza el liderazgo de Australia como mayor productor global de hierro, sino que también tiene el potencial de alterar el equilibrio del mercado internacional de materias primas, incidiendo en precios, cadenas de suministro y decisiones industriales en todo el mundo.
Más allá del impacto económico, los expertos destacan el valor científico del descubrimiento.
Técnicas usadas en el descubrimiento
Gracias a nuevas técnicas de análisis basadas en isótopos de uranio y plomo, los investigadores lograron fechar la formación del hierro hallado hace aproximadamente 1.400 millones de años, desmintiendo teorías anteriores que lo situaban en una era mucho más antigua.
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La doctora Liam Courtney-Davis, coautora del estudio, subrayó la importancia del descubrimiento en el marco de la evolución geológica de la Tierra.
Según explicó, este hallazgo permite vincular la formación de estos depósitos masivos con los cambios en los ciclos de los supercontinentes, mejorando así la capacidad para prever futuras zonas ricas en minerales.
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Aunque las implicaciones económicas son notables, los especialistas advierten que será necesario evaluar cuidadosamente los posibles efectos ambientales antes de iniciar cualquier proyecto de extracción.
(I)