Las manifestaciones en Perú para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte cumplieron seis días y alcanzaron un nuevo nivel de violencia en la capital, por lo cual la mandataria convocó a una tregua nacional.

Entre nubes de gases lacrimógenos, piedras y perdigones continuaron protestando los grupos sociales que se congregaron para pedirle al Gobierno que llame a elecciones adelantadas y que instaure una Asamblea Constituyente.

La policía antidisturbios acudió a dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos para impedir que entren a la sede del Congreso. Las autoridades también ordenaron cerrar el aeropuerto internacional de Cusco, como “medida de prevención” por la marcha nacional del miércoles contra el Gobierno.

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Además se suspendieron las actividades en las terminales aéreas de Juliaca y Arequipa.

Manifestante se enfrenta a policías en Lima. Foto: ERNESTO BENAVIDES / AFP

La crisis política que vive Perú desde el pasado 7 de diciembre comenzó con el intento de autogolpe de Estado de Pedro Castillo, quien intentó disolver el Congreso y luego trató de darse a la huida de la residencia presidencial, pero fue atrapado por las autoridades.

Boluarte, exvicepresidenta de Castillo, tomó el poder de Perú en diciembre.

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“Nosotros, todo el pueblo peruano, no vamos a dar tregua. No tenemos nada que hablar con la señora (Dina) Boluarte. La señora sabe muy bien: lo único que quiere el pueblo es que renuncie y que haya nuevas elecciones”, dijo a AFP Carlos Avedano, un ciudadano de 35 años que se movilizó desde Andahuaylas, una ciudad a 754 km al sureste de la capital.

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“Me iré cuando hayamos convocado a las elecciones generales (...) No tengo intención de quedarme en el poder”, manifestó Boluarte, pero rechazó renunciar o adelantar las elecciones previstas para abril del 2024.

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La presidenta afirmó que la idea de que ella provocó el golpe a Pedro Castillo es una “narrativa de grupos de personas radicales basada en el narcotráfico, la minería ilegal y el contrabando”. (I)