El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comparó este jueves los aranceles que anunció ayer a casi todos los países y territorios del mundo con una operación quirúrgica: “El paciente sobrevivió y se está curando”.
Para imponer estos aranceles, que según explicó era una especie de represalia por las barreras que sufren las exportaciones estadounidenses en todo el mundo, Trump declaró una “emergencia nacional” alegando que la situación comercial actual supone un riesgo para la seguridad de Estados Unidos.
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, calificó este jueves los aranceles como un acto inamistoso, pero descartó aplicar medidas recíprocas, pese a que Washington impondrá un 10 % a las importaciones procedentes del país oceánico.
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En una rueda de prensa, el laborista dijo que estos aranceles, que impactarán productos como la carne de res que Australia vende por toneladas cada año a EE. UU., no “son el acto de un amigo”, al tiempo que consideró que la reciprocidad debería ser de cero por ciento para no impactar los costos.
Estos gravámenes -dijo- “no son inesperados, pero sí injustificados”, toda vez que “carecen de fundamento lógico y contradicen la base de la colaboración” entre los dos países.
Aun cuando los productos estadounidenses ingresan a Australia libres de aranceles, Albanese dejó claro que no impondrá medidas recíprocas, ya que esto aumentaría los precios para los consumidores en su país, con cerca de 27 millones de habitantes.
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Los aranceles también se aplicaron para las remotas islas Heard y McDonald, un territorio subantártico australiano habitado por pingüinos, pero no por personas, detalla CBS.
Las islas fueron incluidas entre las naciones y territorios afectados por el arancel universal del 10 %, junto con Australia continental.
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Debido al extremo aislamiento de las islas Heard y McDonald, junto con las persistentes condiciones climáticas y marítimas severas, las actividades humanas en la región han sido y siguen siendo limitadas, explica el sitio web del gobierno australiano.
La investigación terrestre y marina, realizada como parte del programa científico antártico australiano, es actualmente el principal uso humano de la Reserva Marina, mientras que la pesca comercial en la pesquería HIMI adyacente es la actividad más frecuente en la región.
La isla Norfolk, otro territorio australiano remoto con una población de poco más de 2.000 habitantes, ubicada a 1.600 kilómetros al noreste de Sídney, recibió un arancel aún mayor, del 29m %, una situación que molestó al primer ministro australiano.
“No estoy seguro de cuáles son las principales exportaciones de la isla Norfolk a Estados Unidos ni por qué se la ha señalado, pero así ha sido”, declaró Albanese. “No estoy del todo seguro de que la isla Norfolk, en este sentido, sea un competidor comercial de la gigantesca economía estadounidense”, agregó. (I)
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