Tiene el tamaño del edificio Empire State y la capacidad de provocar una grave catástrofe en nuestro mundo. Bautizado como Bennu, por la NASA, tiene 1 de 1.750 posibilidades (o 0,036 %) de impactar nuestro planeta en el siglo XXII.

Ese escenario puede sonar muy remoto, tanto en posibilidades como en lapso de tiempo, ya que de suceder ocurriría en 2182. Sin embargo, al ser considerado uno de los asteroides más peligrosos que existe, China ya tiene un plan de defensa.

Se cree que Bennu se formó a partir de pedazos de un asteroide más grande en el cinturón de asteroides, luego de una colisión masiva, hace entre mil y dos mil millones de años.

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Dependiendo del lugar en el que impacte, este elemento puede acabar con un país, una región o un continente entero. China ha puesto sobre la mesa una serie de elementos que pueden salvar a toda la humanidad.

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Los expertos de la NASA son conscientes de que el impacto de un asteroide es un hecho que puede pasar en cualquier momento. Por ese motivo China ha ideado un plan basado en una de las teorías científicas que hasta ahora solo se han explicado en algunas películas.

Lo que proponen es lanzar 23 cohetes Long March 5, de gran tamaño y peso, directamente hacia su núcleo. La idea es que el impacto combinado de estos cohetes sea lo suficientemente fuerte para alterar su trayectoria y alejarlo de la Tierra.

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Con solo 23 cohetes, los chinos creen poder lograr el mismo objetivo que la NASA planteaba con 53 naves. Esto se traduce en una misión más económica y menos compleja de ejecutar. Hasta el momento, se mantienen las investigaciones, pues aunque parece un plan atractivo, la falla de un solo cohete puede suponer un problema.

El tiempo disponible antes del posible impacto, alrededor de 158 años, permite a los científicos experimentar con diferentes métodos para desviar o destruir el asteroide. (I)