Los científicos del observatorio Pan STARRS de la Universidad de Hawái vislumbraron hacia fines de 2017 un objeto que se elevaba a través de nuestro sistema solar interior, que se movía tan rápido que solo podría haber venido de otra estrella. Fue bautizado como ‘Oumuamua (mensajero que viene de lejos y llega primero), y sobre este se han escrito algunas teorías sobre su origen.

No fue posible obtener una imagen ni datos sobre su composición, pero los cálculos permiten estimar que el objeto era de forma aplanada. Tenía una superficie rojiza, con un brillo que cambiaba abruptamente y surcaba el cosmos con una trayectoria caótica.

Algunos astrónomos dijeron que podía ser un asteroide, o quizás un cometa. Por su lado, Avi Loeb _astrónomo y profesor de física teórica en la Universidad de Harvard_ publicó un estudio en el que sugirió que ‘Oumuamua pudo ser una sonda enviada por una civilización alienígena, o los restos de un artefacto creado por extraterrestres.

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El estudio entonces generó gran controversia y críticas de varios científicos reconocidos.

Extraña órbita del objeto interestelar

Ahora, astrónomos de las universidades de Berkeley y Cornell han encontrado una explicación sorprendentemente sencilla para la extraña órbita del objeto interestelar que es calificado como un cometa.

Al ser descrito, se determinó que este objeto aceleraba alejándose del Sol de una forma que los astrónomos no podían explicar. Este detalle, junto a que no tenía coma brillante ni cola de polvo, a su peculiar forma alargada y su pequeño tamaño, llevó a algunos a sugerir que se trataba de una nave espacial extraterrestre.

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Los investigadores sostienen ahora que las misteriosas desviaciones del cometa de su trayectoria hiperbólica alrededor del Sol pueden explicarse por un sencillo mecanismo físico común a muchos cometas helados: la desgasificación de hidrógeno a medida que el cometa se calentaba bajo la luz solar, según publican en la revista Nature.

Lo que diferenciaba a ‘Oumuamua de cualquier otro cometa bien estudiado de nuestro sistema solar era su tamaño: Era tan pequeño que su desviación gravitatoria alrededor del Sol se vio ligeramente alterada por el pequeño empuje creado cuando el gas hidrógeno brotó del hielo.

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Cuando fue descubierto, ‘Oumuamua no tenía ni coma ni cola y era demasiado pequeño y estaba demasiado lejos del Sol para captar suficiente energía como para expulsar mucha agua, lo que llevó a los astrónomos a especular a lo loco sobre su composición y lo que lo empujaba hacia el exterior.

Jennifer Bergner, profesora adjunta de Química de la Universidad de Berkeley, pensó que podría haber una explicación más sencilla. Planteó el tema a un colega, Darryl Seligman, ahora becario postdoctoral de la National Science Foundation en la Universidad de Cornell. Juntos decidieron trabajar juntos para ponerla a prueba y comprobar si pudiera ser que el cometa emitiera hidrógeno al calentarse cuando entrara en el sistema solar y eso produjera la fuerza que se necesita para explicar la aceleración no gravitatoria.

Descubrieron que las investigaciones experimentales publicadas desde 1970 demostraban que cuando el hielo recibe el impacto de partículas de alta energía similares a los rayos cósmicos, se produce abundante hidrógeno molecular (H2), que queda atrapado en el hielo. “Como ‘Oumuamua era tan pequeño creemos que produjo la fuerza suficiente para impulsar esta aceleración”, se indicó en la investigación.

Se cree que el cometa tenía un tamaño aproximado de 115 por 111 y por 19 metros pero los astrónomos no podían estar seguros del tamaño real porque era demasiado pequeño y distante para que los telescopios pudieran resolverlo.

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‘Oumuamua fue el primer objeto interestelar, aparte de granos de polvo, jamás visto en nuestro sistema solar. En 2019 se descubrió un segundo objeto similar, el cometa 2I/Borisov, aunque su aspecto y comportamiento eran más parecidos a los de un cometa típico.

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Sugieren posible curioso origen de ‘Oumuamua: no son restos de un nave, sino de un planeta

A medida que más telescopios enfocaban a ‘Oumuamua, los astrónomos pudieron trazar su órbita y determinar que ya había dado una vuelta alrededor del Sol y se dirigía fuera del sistema solar.

Como su brillo cambiaba periódicamente por un factor de 12 y variaba asimétricamente, se supuso que era muy alargado y que giraba de extremo a extremo. (I)