El periodista español Hermann Tertsch (63 años) es desde 2019 eurodiputado por el partido Vox, al que se suele calificar de extrema derecha, mientras ellos dicen ser solo conservadores. Sus posiciones han generado varias veces polémicas en su país y ha estado presente en la región, incluyendo Ecuador, con la consigna de un frente común contra la izquierda. Esta semana estuvo en Ecuador por el cambio de mando del presidente Guillermo Lasso.

¿Qué representa desde su visión el ascenso de Lasso?

En este momento supone un rayo de esperanza para toda la iberoesfera. Supone que en todo este tsunami de éxitos de los totalitarios, narcocomunismo, socialismo del siglo XXI... ha habido por parte de Ecuador una reacción que yo calificaría de alarde de madurez en un momento extremo.

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Se lo ha visto anteriormente en Ecuador, incluso haciendo denuncias ¿Qué lo ha llevado a poner atención en este país?

También pongo la atención en Chile, en Venezuela... Yo creo que Ecuador es un país que tiene todas las condiciones para tener bienestar y ser próspero... Además con un tamaño muy razonable que ofrece muchísimas oportunidades. Es un país que si ofrece un ejemplo político puede dárselo a muchos y disuadir a otros de cometer locuras e irse a disparates. Por eso también es un país importante. Todos debemos ayudarnos a que no se cometan errores que nos lleven a la tragedia venezolana o a la cubana.

¿Cómo ve las relaciones entre España y Latinoamérica a futuro?

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Las vemos bien porque nosotros apostamos plenamente por una Iberoamérica en plena cooperación... Nosotros lo que estamos haciendo desde el grupo de los conservadores y reformistas europeos es luchar por la democracia que queremos tener en Iberoamérica, porque la lucha de la democracia iberoamericana es la lucha de la democracia en Europa. Nuestro enemigo común es el Foro de Sao Paulo, el Grupo de Puebla, es el narcosocialismo que ya tiene una cabeza de puente a través de España... lo que ha hecho en América lo va a intentar en Europa y en la Unión Europea si se le deja.

A Vox se lo cita como de ultraderecha y ustedes lo niegan. ¿El poner carteles diciendo que un menor inmigrante le roba prestaciones a jubilados no colabora con esa calificación?

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Nosotros lo que estamos es abriendo una serie de debates que estaban prohibidos y eso lo llaman de ultraderecha. Nosotros no somos de ultraderecha, somos fieles a la democracia y a la Constitución. En cuanto al anuncio, nosotros queríamos despertar conciencias. Esos menas (Menores Extranjeros No Acompañados) que tendrían que estar en su casa, cada uno de ellos le cuesta a la comunidad de Madrid o a Barcelona miles de euros todos los meses para mantenerlos en una situación irregular donde lo único que hacen es aprender a delinquir en bandas, que no se integran en ningún sitio, salvo alguna excepción que luego presentan en todos los medios como el gran ejemplo... (esta inmigración) va copando y ocupando espacio público como ha hecho en Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, donde hay barrios donde rigen sus leyes y no la Constitución... es decir, hay una serie de elementos de la libertad de forma de vidas occidentales que han sido abolidas por esta inmigración musulmana que ha llegado a Europa.

¿Por qué hay bloqueos de Vox hacia algunos medios en sus eventos?

Nuestras comparecencias públicas son para todos. Ahora, otra cosa es que a nuestros actos privados nosotros vayamos a invitar a gente que nos insulta. Nos llaman nazis o lo que sea, y nosotros no somos nazis, que es un insulto gravísimo porque es lo peor que se puede ser, es como comunista para mí.

Pero usted de muy joven fue comunista. ¿Qué pasó?

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En la España de los años de la muerte de Franco yo era un jovencito de 15 años que estaba en las juventudes comunistas en Bilbao. A los 20 me había curado. Yo he visto caer a todos los regímenes comunistas del este de Europa. Tengo miles de crónicas en el archivo de diario El País. Yo sé lo que han hecho y el resultado siempre es el mismo: miseria, terror, pobreza y falta de libertad y de esperanza. (I)