Miles de personas huyeron este miércoles de Jartum, la capital de Sudán, donde según testigos existen cadáveres en las calles, en el quinto día de combates entre el ejército y los paramilitares. Los enfrentamientos en Jartum y en otras partes de la nación han dejado más de 270 civiles muertos, según un balance “provisional” de quince embajadas occidentales.

Los gobiernos extranjeros empezaron a planear la evacuación de miles de expatriados, incluidos funcionarios de la ONU. Diplomáticos extranjeros han sido atacados y Naciones Unidas denunció “saqueos, ataques y violencia sexual contra cooperantes”.

El ministro de Defensa de Chad, el país vecino, informó que 320 militares sudaneses cruzaron incluso la frontera el domingo para huir de los encarnizados choques. “Son 320 elementos del ejército sudanés, gendarmes, policías y militares, que temen ser asesinados por las Fuerzas de Apoyo Rápido que se entregaron a nuestras fuerzas”, aseguró el general Daoud Yaya Brahim a AFP.

Publicidad

Los combates estallaron el sábado entre las fuerzas de dos generales que tomaron el poder en un golpe de Estado en 2021: el jefe del ejército, Abdel Fatah al Burhan, y su entonces número dos Mohamed Hamdan Daglo, comandante del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

Esta imagen aérea de SkySat, capturada y publicada el 16 de abril de 2023 por Planet Labs PBC, muestra una vista de varios aviones dañados en el Aeropuerto Internacional de Jartum. La violencia estalló a primeras horas del 15 de abril después de semanas de intensificación de las tensiones entre el jefe del ejército Abdel Fattah al-Burhan y su adjunto, Mohamed Hamdan Daglo, comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) paramilitares. Foto: -- -

Los dos militares se oponen sobre los planes de integrar las FAR al ejército regular, una condición clave del acuerdo final para retomar la transición democrática en el país.

5 claves para entender los violentos enfrentamientos que ya dejaron más de 100 muertos y mil heridos en Sudán

Cadáveres en las calles

Miles de personas comenzaron a huir de la capital sudanesa, de cinco millones de habitantes. Algunos iban en vehículos, otros a pie, incluidos mujeres y niños. Las calles estaban llenas de cadáveres con un fuerte olor a descomposición, dijeron testimonios.

Publicidad

La vida en Jartum es imposible si no se detiene esta guerra”, dijo a AFP Alawya al-Tayeb, de 33 años, mientras huía de la capital. “Hice hasta lo imposible para que mis hijos no vieran los cadáveres en las calles”, añadió.

Sudán es un país africano vecino de Chad, Egipto, Etiopìa, Eritrea, Sudán del Sur, Libia.

Fuertes explosiones e intensos tiroteos se escucharon en Jartum y testigos indicaron que gruesas columnas de humo negro salían de los edificios alrededor del cuartel del ejército, situado en el centro de la capital. Combatientes de las FAR recorrían la capital en vehículos con armas pesadas, mientras los aviones de combate del ejército sobrevolaban y disparaban a los paramilitares, relataron testigos.

Publicidad

Los civiles que permanecen en sus casas están cada vez más desesperados ante la escasez de alimentos, los apagones y la falta de agua potable. Algunos de ellos se han visto obligados a salir en busca de comida y suministros cuando baja la intensidad de los combates. Su esperanza de ser evacuados se esfumó el martes, cuando una tregua humanitaria de 24 horas fue suspendida a pocos minutos de la hora de inicio.

Las FAR anunciaron el miércoles unilateralmente “una tregua de 24 horas desde las 16H00 GMT”, pero hay pocas esperanzas de que se cumpla.

Transición descarrilada

Tras cinco días de combates, sigue siendo imposible saber quién controla qué partes de la capital. Las imágenes satelitales muestran sin embargo el alcance de los daños, visibles desde la sede del Estado Mayor del ejército.

“Ningún bando parece ganar por el momento, y teniendo en cuenta la intensidad de los combates (...), las cosas pueden empeorar antes de que los dos generales se sienten a la mesa de negociaciones”, advierte Clément Deshayes, de la Universidad París 1.

Publicidad

Esta espiral de violencia tiene lugar después de que más de 120 civiles murieran en la represión contra las manifestaciones prodemocracia de los últimos 18 meses. El estallido de violencia el sábado fue la culminación de las profundas divisiones entre el ejército y las FAR, creadas en 2013 por el depuesto líder autocrático Omar al Bashir.

Esta combinación de imágenes creada el 18 de abril de 2023 muestra al jefe del ejército de Sudán, el teniente general Abdel Fattah al-Burhan (i) y Mohamed Hamdan Daglo (d), quien comanda el Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF). Foto: -- AKUOT CHOL, ASHRAF SHAZLY

Burhan y Daglo derrocaron juntos a Bashir en abril de 2019 tras las multitudinarias protestas contra sus tres décadas de gobierno.

En octubre de 2021, los dos hombres encabezaron un golpe contra el gobierno civil instalado tras la salida de Bashir y pusieron fin a una transición apoyada por la comunidad internacional. Burhan, un militar de carrera del norte de Sudán, ha dicho que el golpe era “necesario” para incluir a otras facciones en la política.

Pero para Daglo, conocido como “Hemeti”, el golpe fue un “error” que no logró generar cambio y más bien reforzó a los que quedaron del régimen de Bashir. (I)